Yo estudié en la secundaria número 59 "Club de Leones de la Ciudad de México". Iba en el grupo D, turno matutino. Mi generación fue la 83-86.
Entre mi maestros estaban la maestra Paulita de biología a quien le decíamos la "venadita" porque no veía nadita. El maestro Mauro Aguirre Flores de geografía, el maestro Castelán de matemáticas, la maestra Dolores Ruenes de Español, la maestra Manola de educación física, la maestra Fragoso de física, entre otros que vienen a mi memoria.
Los martes y jueves tomábamos un taller. El que yo escogí desde el primer año fue electrónica. De este taller aprendí a no abrir ningún aparato electrónico porque después te sobran las piezas cuando lo vuelves a armar.
Teníamos dos recreos uno de cinco minutos y otro de 15, si mal no recuerdo. En el segundo de ellos, corríamos al patio más grande (había 2 patios en la secu) para ganar una de las canchas de frontón y pasar ahí todo el recreo.
En mi secundaria se grabó un programa juvenil de esos años que era conducido por la ya casi desconocida Janet Arceo. En la grabación (que se hizo en el patio) se presentaron varios cantantes y grupos de la época, del cual recuerdo sólo al grupo de rock "Crystal y acero" que aunque no me gustaba reconozco que prendió a toda la banda de la escuela cuando tocó sus rolas.
Recuerdo a la mayoría de mis compañeros, algunos incluso recuerdo su nombre completo. pero lo que más recuerdo son los apodos de algunos alumnos de ese grupo "D": La Chispita, el urraca, el güero, el tieso, el heyheyhey, el camotes, la lencha, el chemis, el borracho, el indio, el orejas, el julián, el bugs, el piolo, la lucha, el candy, el gallo, el freddy, el pocho, el patotas y por supuesto: El Belo, o sea yo merito.
Creo que con tanto apodo, lejos de centro educativo, parecía el reclusorio oriente.
En el año 85, en septiembre, iniciaba el tercer grado y era el último en la secundaria. El día 19, la secundaria fue sacudida mortalmente por el terremoto famoso. A mi secundaria la tuvieron que demoler. Afortunadamente aun no entrábamos a los salones pues seguíamos formados, haciendo fila por grupos para iniciar el día.
El presidente Miguel de la Madrid, fue a mi secundaria sólo para reconocer el daño que había sufrido, igual que muchas otras escuelas de la ciudad. De esa visita, salió la orden para que la secundaria no fuera reconstruida, sino demolida.
Ahí se acabó la secundaria 59 "Club de Leones de la Ciudad de México". Luego se levantó otra, llamada René Cassin. Yo ya no estuve en ella. Había concluido mi ciclo escolar. Fui la última generación que terminó junto con la "Club de Leones". Terminamos la secundaria con dificultad, entre salones provisionales de lámina y cambios de aulas de distintas escuelas que prestaron auxilio a mi secundaria para salvar el año escolar, pero terminamos.
Al final, tuvimos nuestra fiesta de graduación, pero desafortunadamente no fui por quedarme a ver el partido entre México vs Alemania que a final de cuentas perdimos. Es de lo único que me he arrepentido toda la vida. Me hubiera gustado estar ese último día con mis amigos, bailando "Tarzan Boy" de Baltimora, "La Puerta de Alcalá" de Víctor Manuel y Ana Belem o "Life is Life" de Opus, canciones que estaban de moda en ese año.
Mi secundaria 59, Club de Leones de la Ciudad de México, grupo D, del turno matutino. Hoy todo ello es un simple recuerdo... un recuerdo que llevo en el corazón.