lunes, 30 de noviembre de 2009

Danzón dedicado a...

Díce mi abuela que así decían en sus épocas para dedicar un danzón y sacar a bailar a la muchacha en turno.

En este caso, utilizo esta frase para dedicar este post a la ciudad de Querétaro y sacar a bailar y relucir a dos grandes amigos que allá viven. Es decir, no dedico este post a Querétaro porque yo sea de allá o tenga raíces queretanas, no nada de eso. Simplemente lo dedico porque esa hermosa ciudad abrió sus brazos para albergar desde hace unos años a 2 de mis mejores amigos que he tenido en la vida: René y Hanz. Por ello, este post está dedicado a ellos más que a la preciosa ciudad.

René fue mi compañero en la prepa, mi quinto hermano; mi aliado y consejero en las cuestiones del amor juvenil. Él vivió en mi casa un tiempo, cuando estudiábamos la prepa. Nos hicimos, como lo digo más que amigos, hermanos. Jugamos al futbol juntos e incluso, un día le cedí mi grandiosa camiseta rojinegra número 9 (la goleadora) del equipo de futbol del salón de la prepa que se llamaban los "Carneros" (El ridículo nombre es porque el idiota que hizo el equipo no sabía nada de futbol y pensó que ibamos a jugar tochito) para que él se luciera con ella metiendo goles. No fue así pues sólo le hecho la sal ya que nos eliminaron y no volví a meter tantos goles como en esa temporada, snif.

René era bueno para bailar las norteñas y con las cumbias era un trompo. Y esos dotes de bailador los fue a demostrar a Aguascalientes cuando fuimos a la feria de San Marcos. Buenas épocas.

Hanz fue un amigo de la colonia. Si René y yo teníamos fama de ser enamoradisos y de ojo pispireto, Hanz era todo un "Dandy" y "Don Juan" con las chicas. Con Hanz también jugué futbol aunque en otro equipo: el de la cuadra que se llamaba "Mónaco". A él, en un partido de futbol, le mandé un centro como con la mano para que se elevara por todo lo alto y diera un cabezazo mortero que mandó el balón al fondo de las redes. Creo que fue su primera y única gloria futbolera y de la que vivió agarrado muchos años, jaja.

Hanz, no se movía tanto al bailar, por el contrario, él bailaba suavecito con las chicas. Por eso era el favorito de las amigas quinceañeras para ser su chambelán y en alguna ocasión compartimos el ser chambelanes de alguna de ellas.

Con ambos, hice una bonita amistad.

Ahora los tres, somos esposos responsables, bueno yo sí, ellos eso me dijeron. Ambos ya tienen hijos e incluso René también tiene 100 kilos de grasa en su abdomen.

Y la dedicatoria de este post a ellos, de debe a que después de algunos años de no saber de su existencia, tuve contacto con ambos, pero por separado. Viven en Querétaro y ninguno de los dos lo sabía. Sus hijos, sin saberlo, juegan en el mismo equipo de basketbol (Advierto: El mío sí se dedicará al juego de hombres y será como su apá, amante del futbol. No como los chilpayates de mis compas que juegan al basket; ay sí ya los veo gritando en su campo de basket:  mándame la pelota manis pero no tan fuerte que me rompes las uñitas, jaja).

La verdad, es que estoy muy contento de haberlos encontrado y ojalá pronto coincidamos y nos podamos reunir pues tenemos tantas cosas de qué hablar al calor de unas chelas bien frías.

Pues bien, este danzón ya se acabó, y las chicas Hanz y René vuelven a sus asientos luego de haberles dado un buen baile con este post que les dediqué, jajaja.

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viernes, 27 de noviembre de 2009

Dicen que la distancia es el olvido...

A Vincent H. lo conocí en 1986, cuando vino a México a quedarse con mi familia con motivo del intercambio cultural que organizaba, cada verano, Nacel.

Nosotros lo recibimos ese año y al siguiente yo viajaría a Francia a hacer lo propio y quedarme con su familia.

Él estuvo en mi casa como un miembro más de la familia. De hecho ese era el fin del viaje y del intercambio: conocer una familia mexicana y sus costumbres. Los mexicanos que al año siguiente fuimos, también teníamos que conocer a la familia francesa y sus costumbres. No eran vacaciones propiamente dichas, en el sentido de que no había obligación para la familia de pasear al invitado extranjero.

Vincent llegó un primero de agosto de ese año 86 a México. Para mí y mis hermanos era algo completamente nuevo. En ese tiempo no había tanta apertura a las cosas extranjeras, no había el internet como lo hay ahora, tal vez lo mas conocido por la cercanía era E.U., pero decir Europa era algo muy lejano, por lo que ver su ropa de una marca extraña, sus lociones, su shampoo, su acento y todo lo que venía desde Francia junto con él, era como de otro mundo o galaxia.

Al paso de los días, nos fuimos acostumbrando a su presencia. Lo presentamos con los amigos de la cuadra con quienes entabló amistad, lo conoció toda la familia, tuvo una novia aquí en México y cuando llegó la hora de partir, le hicimos una fiesta sorpresa que él disfrutó al máximo.

Dicen que lloró todo el vuelo de México a Paris, en su regreso.

En 1987, lo volví a ver, cuando me tocó ir a Francia en ese intercambio cultural. Llegué a Nancy, la ciudad donde vivía con su familia. En esa época eramos mentalmente niños aún. Todo el día la pasabamos jugando, nadando, corriendo.Y si bien nos gustaban las chicas, nos faltaba todavía experiencia para cortejarlas, aunque hacíamos el intento.

Cuando me tocó partir, me despedí de él y de su familia.  Los extrañé todo el viaje de regreso a México. Al paso de los años, las cartas que nos enviábamos se fueron haciendo menos hasta que perdimos toda comunicación (en aquel tiempo, nos escribíamos por carta).

En el 2007, decidimos la Busi y yo pasar esa Navidad en Europa e ir unos días a Francia de paseo. Por ello, ví la oportunidad de visitarlo en su país. Lo busqué por google y demás buscadores del internet sin ningún resultado favorable. Lo bueno es que encontré, entre mis cosas viejas, una dirección y teléfono de la casa de sus abuelos en Toulon, donde viví unos 15 días. Llamé sin ninguna esperanza pues pensaba que al paso del tiempo ese teléfono seguramente habría cambiado.

Pero no fue así, para mi sorpresa contestó su papá, al que saludé calurosamente; me dio el teléfono de Vincent y su e-mail. Lo contacté. Platicamos pero reservamos las palabras para el día en que nuevamente nos volvieramos a ver.

Llegué a Paris. Fuí el día y a la hora al lugar en que convenimos. Estaba nervioso. La Busi, me apretaba la mano helada, tanto por el frío invernal que hacía como por el nervio de reencontrar a un viejo amigo después de 20 años.

Cuando lo ví salir de su lugar de trabajo, le dije a la Busi "Es él". Lo reconocí de inmediato. Después en la comida, su esposa Marie también nos comentó que él me reconoció de inmediato al verme a lo lejos. Quedaba claro que el tiempo no había borrado de nuestra memoria los rasgos y formas de ser esenciales de cada uno de nosotros.

Cuando se acercó y quedamos frente a frente, no dijimos nada. Sólo nos fundimos en un fuerte abrazo. Un abrazo que era la promesa de no dejar de comunicarnos jamás.

Y así nos dirijimos los 4 a una comida y una hermosa y larga charla entre 2 amigos que se reencontraron después de 20 largos años...

Luego a su casa, conocimos a sus hijos, hablamos, tomamos cerveza, nos enseñó toda su colección de libros de México, vimos fotos de aquellos años y de los que estuvimos alejados; sólo unos minutos bastaron para ponernos al tanto de nuestras vidas y en ese momento sentimos que no había pasado el tiempo entre nosotros... y vinieron más recuerdos a la memoria...

Insisto, parecía que no había pasado el tiempo.

Dicen que la distancia es el olvido... pero en este caso no.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Mientras tanto...

Siento que cuando uno programa sus textos para que se publiquen en determinado día, es como poner la contestadora del teléfono: simplemente habla una grabación.

Tal vez aquí es un poquito diferente, pero en esencia son muy parecidos. No me gusta programar ningún post, me gusta publicarlos recién saliditos de la memoria. De hecho, los escribo y los publico, rara vez guardo algún texto para publicarlo en otro día.

El caso es que las circunstancias han hecho que programe mis textos, éste es uno de ellos. osea, soy una grabación la cual se autodestruirá en 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, PUM. perdón es que comí frijolitos.

Espero que pronto regrese a postear en vivo y en directo.

Mientras tanto... (por si no lo notaron así se llama este post) quiero agradecer a todos los que se han unido a leer estas memorias. En verdad que nunca creí que algún día tuviera siquiera un seguidor y pues ahora veo muchos. Mil gracias a ustedes y también a los que aun sin seguirme, leen esta bola de tonterías salidas de mi memoria. Gracias por tomarse un tiempo para su servidor.

Y entre esas cosas que vienen a mi mente, mañana estará publicado un texto muy bonito en el que hablo de la amistad, de la distancia y del tiempo. Un recuerdo que guardo con grata satisfacción, ojalá les guste.

Mientras tanto... (Así se titula este texto, ya ven cómo se les olvida) vayan al archivo de este blog y vean mis entradas anteriores, sobre todo del año pasado, ahí pueden leer los textos que publiqué en mis inicios como bloggero. De hecho, los mando a leer esos textos de mis inicios para que puedan darse cuenta lo pésimo que escribía en ese entonces y cómo sig escribiendo mal, ¡es increíble! que no mejore, snif.

Pronto los leeré, mientras tanto (Ahí va la burra al trigo: Así se llama el post), disculpen que no haya pasado a visitar sus blogs y comentar en ellos.

martes, 24 de noviembre de 2009

Cilantro y perejil para la memoria

Dicen que tengo buena memoria. Salvo de gente o cosas que no me interesan, me acuerdo de todo.

Pero esa buena memoria no fue de a gratis. Tuve que pasar un momento bochornoso para poner a trabajar mis neuronas.

Cuando me preguntan cómo le hago o cómo le hice para tener tan buena memoria, yo simplemente les digo que es la receta de cilantro y perejil, con un toque de yerbabuena.

Y es que hace algunos años, después de llegar de la secundaria, mi mamá, que estaba terminando de cocinar, olvidó ponerle cilantro (ramita verde que sirve para darle sabor al caldo o al arroz) a la comida.

Yo nunca supe distinguir de entre esas verduras o lo que sean, cuál era el cilantro, cuál el perejil, o cuál la yerbabuena. Para mí todas eran iguales: ramitas verdes que se podían comer.

El caso es que me mandó a la tienda a comprar una ramita de cilantro. Yo llegué a la tienda y en lo que esperaba para pedirle a la señora mi encargo, oí que una niña le decía a su mamá que si no iba a pedir perejil.

Cuando la señora me preguntó qué iba a comprar, lo primero que me vino a la mente fue el perejil (otra hojita que sirve para cocinar).

Llegué a la casa y mi mamá me regresó todo avergonzado a que cambiara lo que compré pues ella me había pedido cilantro, no perejil.

Volví a la tienda y en lo que esperaba a que me atendieran, ví que compraban yerbabuena, por lo que cuando la señora me preguntó qué quería, le dije que me había equivocado, que no era perejil sino que mi mamá me había pedido "yerbabuena".

Obvio que cuando llegué con mi mamá, después de un buen coscorrón, me regresó a cambiar la yerbabuena. Yo, completamente apenado, tuve que volver a la tienda con mi cara de niñoconpausaenelcerebro para que la señora no me regañara también.

Pero eso sí, en el camino a la tienda tuve que repetir muchas veces cilantro, cilantro, cilantro. Y cuando llegué a la tienda, cerré los ojos y me tapé los oídos con las manos para que no escuchara otra verdura que cambiara mi pedido. Y así, le pedí a la señora que me cambiara la compra. Claro que ella, en lugar de enojarse, soltó tremenda carcajada.

Desde entonces, supe utilizar la memoria, obviamente si nadie me distrae o dice otra cosa que ponga en schock todas mis neuronas. También desde entonces, no como ni cilantro ni perejil y la yerbabuena... sólo en las gomas de mascar.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Cuando sigues la estrella que te guía

Como comenté en el post anterior, tengo un proyecto que estoy desarrollando; de hecho, llevo todo el año tratando de conseguir ese sueño. Para ello, debo realizar algunas actividades que ocuparán gran parte de mi día y, por lo mismo, me será muy dificil en esta semana pasar a leerlos y comentar los post que publican en sus respectivos y excelentes blogs.

Asimismo, me será dificil publicar textos en mi blog, por lo que he dejado dos o tres ya programados para que se publiquen en determinados días.

Y es que no quiero distraer mi rumbo ni un segundo, no quiero perder la estrella que guía mi camino al destino deseado.

Algún día, cierta persona me comentó: "Recuerda que en la vida hay tres tipos de personas en el mundo: Las que hacen que las cosas sucedan, las que miran cómo suceden las cosas y las que se preguntan qué demonios sucedió."

Yo, en este momento de mi vida, más que nunca, estoy concentrado en ser del primer tipo de personas, de aquéllas que hacen que las cosas sucedan.

Sé que es dificil, se que hay muchos sacrificios y de entre ellos, el que más me duele es dejar de leer y comentar en los blogs de los que me gusta seguir, de aquellos que en este tiempo se han convertido en mis amigos, de los que me alegra saber que están bien y de los que me entristece cuando en sus letras y frases veo algo de dolor en su vida.

No obstante, ahora tengo más en mi corazón la frase del hermoso libro de "El Principito" escrita por Antoine De Saint Exupéry que dice: "Si al franquear una montaña en dirección de una estrella, el viajero se deja absorber  demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cuál es la estrella que lo guía."

Yo no quiero olvidar mi estrella... esa que alumbra y guía mi camino.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Lo hecho, hecho está

Hoy rechacé una super oferta de trabajo. Un sueño al que muchos de mi profesión aspiran. La causa, es porque tengo otro proyecto en mente.

Lo pensé mucho anoche, y después de largas horas de análisis y reflexión, decidí optar por el proyecto que tengo en mente, que a la vez es un sueño y tal vez una obsesión.

Sé que podía aceptar y a la vez cumplir mi otro objetivo... pero no. No sería honesto porque no me entregaría al máximo con mi nuevo cargo y a la vez pensar y tratar de cumplir con mi proyecto, un proyecto de vida... no sería ni siquiera honesto conmigo.

Fui y de frente a quien me ofreció el trabajo le expliqué mis motivos, mis argumentos del porqué no podía aceptar, le dije que sabía que estaba rechazando una oferta que muchos esperan toda la vida y muchos otros nunca les llega.

Lo comprendieron y me dijeron que esperarían a que cumpliera mi proyecto, el cual estaban seguros que lo lograría. Me dijeron que ellos en mi lugar habrían tomado la misma decisión que yo tomé.

Dijeron que de cualquier manera las puertas seguirían abiertas pues sabían de mi capacidad y que "el jefe" me quería en su equipo.

Lo agradezco de corazón, a la vez que me sentí como pavo real. No puse un pretexto para no ir, más bien pensé en el sueño y el proyecto que tengo en mente y del que no me quiero distraer.

No sé si tomé la decisión correcta, pero pues lo hecho, hecho está.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Con ustedes Missbook (Blogswingers)

No cabe duda que el blogswingers es un rotundo éxito y sobretodo un motivo para encontrar nuevos y excelentes escritores.

Hoy no es la excepción, pues tenemos como invitada Missbook:



Ella nos regala este hermoso poema. Y sin más preámbulo, los dejo con ella y sus hermosas letras, adelante Missbook, estás en tu casa... estás en tu blog:

Saludo cordialmente a todos los lectores de este blog. Es un agrado para mi estar acá, pues he leído muchos textos y sé que es una casa respetable.



Mi nombre es Aeilyn Missbook S G Frecuentemente escribo cuentos, pero como la ocasión lo amerita y considerando que es un blog especial, he querido compartir este poema de mi autoria y junto con él, invitarles a mi web http://missbook-asg.blogspot.com





Hay inocencia¡¡¡ ¿Dónde te fuiste? ¿A donde caminaste rauda y segura?, ni tu suspiro me dejaste, marchaste con paso firme sin intensiones de volver a mí


Hay inocencia¡¡¡¡ te he recordado tanto. Pensaba en tus gestos dulces, en tu sonrisa tímida, en tus caras de supresa frente a las bromas sencillas. Te extraño tanto.


Hay inocencia¡¡¡ hoy te odie con el corazón, odie los llantos por tu causa, odie las palabras que solté de mi boca, odie los versos de tantos poemas que escribí al amor equivocado, odie tus planes de vida, odie los sueños que creaste y odie con todo el corazón que te fueras de mi.


Hay inocencia¡¡¡ hoy anhelo que vuelvas a mi . Deseo profundamente que mis ojos brillen con una ilusión, pido a gritos que la desconfianza tome sus maletas y parta a mundos extranjeros, ruego volver a creer en las palabras de la gente, en sus Si con cara de No y en sus respuestas poco claras.


Hay inocencia¡¡¡ hoy lloro en tus brazos. te abrazo como a muñeca perdida en la infancia , derramo mi ser en tus hombros, te hablo, te toco, te miro de frente otra vez , recorro recuerdos pasados entre lagrimas y leves sonrisas que lavan mis manos.


Hay inocencia¡¡¡ hoy te dejo en libertad, no puedo negar que necesito mas que nunca la tibieza de tu forma de ser, pero este mundo no es para las dos, vivo duro, rápido y radical y no quiero volver a dañarte, este mundo no es de inocentes, sino de brutos con miedo a conocerte.


Hay inocencia¡¡¡¡ hoy dejaré de recordarte y daré paso a lo que viene, luchare sin tregua por abrir caminos, hablare de lo que fuiste y diré que mas que perderte, solo nos dejamos ir.


Agradezco sus opiniones y aun mas la oportunidad de estar aca y disfrutar de vuestra compañía.


Mil gracias Missbook, es un placer tenerte de visita.


Por mi parte, vayan ya, ahora mismo, al excelente blog de  "de mi vida y cosas peores". Ahí, Melissa, la dueña de ese blog, publicó mi post relativo también al tema de la inocencia.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Me voy y dejo de escribir

Jajaja, bueno el tema era para hacerla de emoción y sentirme importante, jajajaja.

La verdad es que me iré sólo por unos días. Ni siquiera es una semana. No sé porque posteo y hago tanto rollo para esto si hay amigos bloggeros que se van más tiempo y no lo andan anunciando.

El caso es que simplemente tendré muchas cosas, mucho trabajo, estudio y demás por hacer en estos días que será prácticamente imposible postear y a su vez leer y comentar con los blogs amigos.

Me voy a ausentar hasta sólo hasta el próximo miércoles, pues el martes terminaré el proyecto que tengo.

Así que como dijo el ginecólogo: "Parto con dolor"; pero también les digo como lo hizo McArthur que: "Volveré".

Entonces, sin más ni más, como dijo terminator: "hasta la vista, baby".

No me olviden, sólo son poquitos días.

martes, 10 de noviembre de 2009

Para mí...

Para mí, hoy es un día ideal: Con un amanecer soleado y un viento frío...

Para mí, se combina la luz y la sombra, la alegría y la tristeza, la esperanza y la nostalgia...

Para mí, hoy es un día perfecto para disfrutar, para reir y llorar, para vivir...

Para mí, hoy es mi presente, mi realidad, mi vida...

Para mí, hoy es un día para compartir amor...

lunes, 9 de noviembre de 2009

El cartero

Sonaba el silbato por las calles. Entonces sabía que estaba cerca, tal vez unas calles atrás, y que no tardaría en llegar. De pronto, el sonido del silbato sonaba en la puerta de la casa. En ese momento, cual veloz gacela recorría todos los pasillos hasta llegar a la puerta principal y recibir a ese señor: Era el cartero.

Pasaban días, incluso semenas, para recibir al cartero. Él era un señor bonachón, chaparrito, de uniforme impecable con gorro, con un maletón de piel tipo bolsa color café donde cargaba miles de cartas y con una bicicleta vieja de la cual nunca lo ví ni descender ni ascender a ella, siempre la traía a su lado, como su fiel compañera.

Generalmente dejaba los clásicos sobres del teléfono, la luz, el agua, el predial, las tarjetas de crédito; en otras veces, llegaba cargado, además, de las publicaciones del selecciones del Reader´s Diggest, de falsos premios pues realmente sólo eran publicidad, de revistas y un sinfin de papeles interesantes.

Recuerdo cuando llegó con el sobre que mandaba la Universidad Nacional Autónoma de México: - "Si es sobre chico, fuiste aceptado y si es grande te recharazon." - Decíamos en esos años, todos los amigos de la colonia que por esa época recibiríamos alguno de esos sobres y, por supuesto, la información de si habíamos ingresado a nuestros estudios de preparatoria o no. Yo recibí sobre chico. El cartero me felicitó.

Pero también había otras veces, las menos, en que llegaba con una carta que ya esperaba ansioso de otro país u otra ciudad. Una carta de esa persona, de ese amigo, de ese familar.

Al recibir la carta, veía el remitente, luego rompía el sobre y sacaba la hoja u hojas que en él se contenían.

Me encerraba en la recámara, me tiraba en la cama, me metía al baño, me sentaba en la alfombra al lado de la cama, me iba a la azotea o simplemente la leía ahí, parado en la puerta de la casa, eso sí, siempre en la soledad y el silencio que requería su lectura.

El cartero siempre me trajo cartas con noticias, con sentimientos, con reproches, con postales o fotos anexas... con amor... con vida.

Añoro recibir una carta... añoro sentir nuevamente esa emoción... añoró su espera.



viernes, 6 de noviembre de 2009

El amor complace todos los aspectos

Si la brecha generacional entre Camilo Sesto y yo es grande, entre él y la Busi es enorme.

La Busi había escuchado muy pocas canciones de Camilo, yo me las sabía todas. Por el día de mi cumpleaños ella me regaló los boletos para ir al auditorio nacional al concierto de Camilo Sesto.

Ella supo que me hizo un super regalo. Lo que no sabe, es que ayer, en pleno concierto me regaló algo más.

Días antes me pidió que le prestara mis discos pues los quería oír ya que no conocía ninguna canción. Nunca me imaginé que se las aprendiera tan rápido.

En pleno concierto cuando la vía cantando a todo pulmón al lado mío y entonada a mi voz las canciones de "perdóname", "el amor de mi vida eres tú", "Fresa salvaje", "Melina", "Amor de mujer", "Callados" y muchas más, me sorprendió y sobre todo me emocionó ver ese gesto de amor hacia la pareja. Nunca imaginé que se aprendiera esas canciones para compartir mis gustos extraños. La ví disfrutando el concierto, la ví emocionada a ella que no conocía ninguna cancion hace una semana.

Por eso, más allá del concierto, me quedo con la imagen de la Busi cantando en él; me quedo con su detalle que sólo muestra una cosa: Amor. Pero, sobre todo, me quedo con las ganas de seguir amándola cada día más, incluso más que ayer pero menos que mañana.

No tengo con qué agradecerle ese detalle, esa muestra de amor. No cabe duda que cuando hay amor, respeto y empatía con la otra persona, la vida es más hermosa y nada dificil. Ayer, me dejo de regalo la Busi esa enseñanza de vida.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cosas sin interés

Hay ocasiones en las que, camino al trabajo, mientras escucho música que recrea mi memoria, vienen a mi mente varias ideas de lo que postearé en el día.

Pero luego, cuando me planto ante la computadora, se me olvidan.

Hoy no fue la excepción.

Y para no dejar este día sin publicación, diré algunas cosas sin interés y hasta bochornosas acerca de mi persona.

Cuando estaba en plena juventud, utilizaba secadora de cabello para peinarme, me ponía gel en las orillas y en la parte de enfrente, con mi mano, esponjaba mi cabello para que me quedara un super copete ochentero.

Cuando iba a ofrecer flores en la iglesia (sí, era un niño "santo") me las robaba para darselas a una niña que me gustaba y que también iba a rezar el rosario y a ofrecer flores (Si no saben qué es de lo que hablo, pregunten por "ir a la iglesia a ofrecer flores" a sus abuelitas, tengo hueva de explicarlo).

Fui acólito en las misas y luego me metí a un coro de jóvenes para cantar en las misas y todo por otra niña que me gustaba (la sobrina del cura).

De niño aprendí a tocar el contrabajo y el órgano, bueno el órgano como instrumento músical. La guitarra nunca se me dio.

Siempre fui peleonero, incluso hasta de los pleitos en los que yo no tenía vela en el entierro, terminaba a los golpes.

Me he emborrachado junto con mi abuela de 93 años con purito tequila. Bueno en ese entoces ella habrá tenido 75 a 80 años. Ahora ya sólo toma 3 caballitos.

De niño, tenía una colección de muñecos "luchadores", que compraba cuando mi papá nos llevaba a la lucha libre. Nunca los utilicé para jugar a las luchas, sino para jugar futbol. Formaba equipos con ellos y otros muñecos de los de star wars y otros personajes, me metía al baño a hacer popis, regaba ahí mis muñecos y me ponía a jugar largas y felices horas hasta que mis piernitas quedaban moradas y entumidas.

La primera niña que me gustó en la vida, era la sobrina de mi maestra de kinder. Un día, al pasar al frente del salón, ella se cayó entre los pasillos de los pupitres y le ví los calzones. Eso bastó para que dejara de gustarme.

Mi mamá nos compraba calcetines en una tienda de ropa que se llamaba "Gacela". Ahí nos compraba calcetines. Venían en un paquete y eran de muchos colores pero prevalecía el rojo. Por lo mismo en la primaria y secundaria casi todas las fotos en las que porto mi uniforme salen los espantosos calcetines rojos.

Bueno hasta aquí parte de mi bochornosa vida. Ya me "balconié" y todo por no tener nada interesante qué escribir.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Regresa pronto Zully

Desde que abrí este espacio en blogger, encontré personas a las que seguía en todo momento. Nunca lo he negado, leer a Guffo Caballero fue el motivo para escribir en un blog. Luego hubo otras personas que amablemente se tomaron el tiempo para leerme y comentarme. Unas más, se hicieron asiduas lectoras y comentaristas de este blog. A todos ellos mil gracias.

Entre este último bloque de bloggeros que me siguieron día con día y a los cuales yo sigo, está Zully.

Como es costumbre, esta mañana entré a visitar y leer los blogs de mis amigos bloggeros. Y cuál va siendo mi sorpresa, que mi amiga Zully cuyo blog es crónicas de una mujer de 30 se despide en un post que me dejó boquiabierto.

Primero, porque nunca pensé que una persona tan alegre como es ella, que al leerla advierte uno que le fascina escribir, deje de hacerlo.

Segundo, porque no comprendo cómo pueda existir gente malintencionada, amargosa, envidiosa, y demás calificativos, que buscan hacer daño a otra con sólo abrir su boca, en este caso, con abrir lo poco que tiene de cerebro y usar sus manos para enviar mensajes anónimos (lo más infantil y cobarde que he conocido en este cibermundo).

Sé, por lo que leí, que no fue la causa la anónima o anónimo que escribió, sino que tal vez la gota que derramó el vaso, pero en fin, usé mi espacio para darte ánimos Zully y desearte que en este tiempo que te des en tu vida, encuentres la paz que necesitas.

Regresa pronto que tus amigos bloggeros te estaremos esperando para leer esas crónicas de una mujer de 30 alegre, vivaz y animada; por lo que te he leído puedo describirte como una mujer de 30 con alma de niña.

Suerte y regresa pronto.

martes, 3 de noviembre de 2009

Perro guardián

Entre mis varios gustos, tengo una pasión: Los perros.

Y como buen amante de los perros, tengo una labrador de cobrador que se llama Leslie. A Leslie la entrené en obediencia. Entramos a varias competencias donde lo máximo que logramos como binomio fue un cuarto lugar pero también tuvimos últimos lugares, de hecho, la mayoría de las veces. Pero siempre nos divertíamos mucho.

Leslie tuvo un instinto muy fuerte de guardia y protección por lo que le adiestre ciertos principios, sobre todo, el ladrido cuando se lo indicaba si un extraño se acercaba en forma misteriosa. A veces jugando también le hacía morder una manga, pero por la naturaleza de su raza, su mordida no era como la de un rott o un pastor alemán.

Yo era el más orgulloso con mi perra obediente y además alerta en situaciones de peligro.

Cierto día de este mes de noviembre pero de hace algunos añitos, salimos a cenar unos amigos, mis hermanos y yo. La Leslie se quedó en casa con mis papás. Le dí la orden de siempre "cuida la casa".

Cuando regresábamos de la cena, vimos desde la esquina de la casa que había muchas patrullas estacionadas a las afueras de ella y policías entrando y saliendo por la puerta principal.

En ese momento el corazón me dio un gran salto. Imaginaba lo peor. Estacioné el carro, bajamos de él y al querer entrar a la casa nos detuvo un policía.

- ¿Ustedes viven aquí?- Nos preguntó.
- Sí - Le respondimos al unísono mis hermanos y yo, desesperados por querer entrar.
- Nos reportaron que unos hombres habían entrado a esta casa por lo que se está registrando, pero no hay nadie- Nos indicó el policía.
- ¿Y mis papás? - pregunté.
- No hay nadie.- Nos dijo tajante.
- Bueno, hay una puerta cerrada que aun no abrimos, si gustan acompáñenos pero cúbranse con un policía.- Nos indicó al tiempo que nos hizo una seña para que lo siguiéramos.

Subimos las escaleras y ví que la puerta que no habían abierto era la de la recámara de mis papás. Pensé lo peor, pues ya nos habían dicho que llamaron a esa puerta y nadie les contestó. De hecho, al ir subiendo las escaleras me percaté que otros policías ya habían registrado otra parte de la casa.

Yo no tenía la menor idea de qué pasaba, a mi mente llegaban fugazmente muchos pensamientos, la mayoría de ellos, trágicos. Pensé lo peor, y no era para menos ya que sabía que la Leslie, dado su entrenamiento, era imposible que no hubiera detectado a los tipos; pensé que tal vez quiso defender a mis padres y tal vez... no, no quería seguir pensando.

Llamé a la puerta. Toqué una vez con el puño. Silencio absoluto, nadie respondió. Uno de los policías, me hizo una seña para que me hiciera a un lado, al parecer para tumbar la puerta y entrar.

No hice caso y toqué más fuerte. De pronto, un ligero ladrido. Era la Leslie. Entonces abrí la puerta y no dí crédito a lo que mis ojos veían: la Leslie acostadota en la cama con mis papás y ellos roncando plácidamente.

Al ver la Leslie que entró un policía, ladró y se avalanzó contra él, pero la detuve.

- Es de reacción retardada- Les dije con una sonrisa de vergüenza.

A los minutos, los policías se retiraron, el susto pasó. Los tipos que supuestamente entraron a la casa, al parecer, sólo entraron y salieron sin llevarse nada, y obviamente sin hacer ruido. No pasó nada.

Desde entonces supe que la Leslie era la perra más dormilona del mundo y además de sueño profundo. Pero supe también que: La Leslie no era un perro guardián... era un miembro más de nuestra familia, un miembro muy querido.
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Una mirada a la vida

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