viernes, 26 de febrero de 2010

Y con ustedes Aki (inicia blogswingers)

Hoy empieza este festival blogswingers y es para mí un gusto enorme tener en este blog a una amiga entrañable como es Aki. La dejo con ustedes y sin más preambulo, he aquí su texto:

NO ES UN VICIO, ES ALGO QUE YO LLAMO AMOR.


No es un vicio, ni una irreverencia, es algo que yo llamo amor…amor, sí, amor, un completo deseo por tenerte a mi lado por sentirte mío por saber que estas dentro muy dentro.

Es tu estúpida soberbia, es mi delirio agonizante al que llamo amor.

No es un vicio, es el amor que has dejado clavado en mi piel, ese amor que susurraste a la luz de las velas, entre el murmullo que entraba por la ventana y el frio que rozaba mi espalda.

Todo era un perfecto retablo, cubierto de seda, iluminado con el baño del otoño y perfumado con tus besos.

No es un vicio, es un deseo de tenerte.

Un deseo que envidio a la luna que te ve de noche.

Una envidia que avaricia tus caricias

Y si,

También una gula hasta el cansancio que saborea tu amor,

Tu amor es una lujuria excesiva,

Una ira contra el tiempo que te aleja de mi cintura,

Tu amor es mi soberbia,

Una soberbia que se extiende por la espalda,

Que se oculta en mis senos

y se acurruca en mi vientre,

No es un vicio, es algo que yo llamo amor.



Hola a todos los blogeros que nos acompañan en este festival, es para mi un honor regresar a este blog que siempre me recibe con las manos abiertas, el blog de mi querido amigo Belo, me presento, soy Aki, y entre suspiros, divagaciones y besos les comparto espero que hayan disfrutado de este pequeño escrito.

Pues Bien, ella fue Aki, espero les haya gustado tanto como a mi su estupendo texto. Por mi parte, se publicara mi post en el blog eterno resplandor de una mente divagando de mi amiga SrIta. mUeGaNiTa, allá los veo.

martes, 23 de febrero de 2010

Aviso

Con motivo del festival blogswingers, a partir de mañana y hasta el viernes podrá salir publicado en este espacio un texto de mi buena amiga Aki, cuyo blog es la magia está dentro de nuestros corazones (Visítenlo, pues es ampliamente recomendado).

Mi texto se publicará en el blog de mi también amiga Srita. Mueganita. Su blog es eterno resplandor de una mente divagando (también mucho muy recomendada su visita)

Los temas que trataremos podrán ser del amor o del pecado, mmmm, interesante no?.

Sígannos.

viernes, 19 de febrero de 2010

Ayer ya dormí

Desde las 16:00 del día de ayer jueves hasta las 7:00 am de hoy viernes estuve pegando pestaña. Hoy desperté muy descansado y sobre todo muy feliz cuando vi que el cielo estaba despejado y el sol hacía su aparición con todo su esplendor.

Me fascinan los días así. Despejados, limpios. No cabe duda que la naturaleza no se equivoca pues el sol es una parte importante de la vida en nuestro planeta y por lo que veo en la mía, jeje, pues me siento como birdman cuando salgo y el sol pega en mi cara.

Y hoy reflexioné que soy muy afortunado, pues la vida me regala casi siempre el mismo regalo: poder disfrutar de estos días. Por eso debemos cuidar nuestro ambiente, nuestros animalitos y nuestras plantitas. Téngamos un poco de respeto a ellos pues así tendremos un poco más de respeto a nosotros mismos y a nuestros congéneres los seres humanos.

Les invito a que hoy hagamos un pequeño ejercicio: si ven un perrito callejero, no lo pateen ni lo vean feo, y si pueden regálenle un poco de agua, y si ven una plantita, no la pisen o la deshojen, riéguenle un poquito de agua. Y si ustedes se ven al espejo, piensen que hoy será un día mejor y que darán el paso a un carro, a un transeúnte e incluso a un perro, sólo por hoy. ¿Fue mucho pedir?

Si empezamos con lo más insignificante, creánme que haremos mucho por este planeta que tanto nos necesita y al que tanto necesitamos. No tiremos ni una sola basurita hoy, plissssss.

Buen viernes y fin de semana. Vívanlo.

jueves, 18 de febrero de 2010

Quiero dormir cansado...

Pues no dormí. Son las 14:30 y desde que desperté el lunes he dormido sólo siete horas de las 24 que debería haber dormido. Los brazos de morfeo me han de estar extrañando, pero espero que esta noche me entregué totalmente a sus brazos.

Anoche pensé que tal vez me retiraría de al oficina como a la 1 o 2 am, pero no fue así, por diversas razones tuve que trabajar toda la noche y madrugada y cuando me día cuenta ya estaban llegando mis compañeros de trabajo el día de hoy.

La neta nunca me ha gustado trabajar de tarde y menos de noche, yo soy más de levantarme a las 5.00 am si es que hay algo importante en el trabajo y sacarlo rápido, pero en esta semana no tuve opción.

Espero que ya baje un poco el ritmo en mi trabajo el resto de la semana, mientras trataré de irme hoy tempranito a casa

Y es que quiero dormir cansado para no pensar en tí... méndigo trabajo jijo del ...

Dulces sueños a todos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Hay alguien por ahí???

Son las 00:30 horas. Sigo en mi oficina y no sé como a qué hora saldré.

Me dí un descanso de lo que estoy trabajando y pensé: Habrá alguien por ahí leyendo mis tonterías a esta hora?

Sí tú estás leyendo, aunque nunca hayas comentado, te animo a que comentes a esta hora. Serí padre recibir un comentario de un desvelado como yo, je, je, je.

Bah, tal vez mi blog esté tan abandonado y sólo como yo lo estoy en esta pinche oficina.

Bueno este fue mi primer post super nocturno pegándole a mañanero, jaja.

martes, 16 de febrero de 2010

Me complaces con una canción?

Anoche o más bien hoy salí a las 4:00 am de la oficina y aunque no lo crean fue por estar trabajando. Y es que hay días en que uno tiene que trabajar como negro para vivir como gris.

No obstante ello, ya desde las 8:30 am llegué nuevamente a mi oficina pues mi cansancio es nada con tener la satisfacción de un México mejor... ¿¿¿¿¿ ??????

Perdón ya estoy diciendo puras pendejadas pero es que me gana el sueño.

Y hablando de pendejadas, porqué la gente habla a las estaciones de radio para decirlas al aire, o peor aun cómo es posible que haya locutores a los que se les pague por decirlas. Yo quisiera uno de esos trabajos plis. Bueno, actualmente hay muchos blogs en donde se escriben puras pendejadas y se leen también pendejadas. Ejemplo claro este blog y este post, jeje.

Y es que en estos días he escuchado "ya parate" en los 40 principales y en verdad que nada más de oír al personaje ese que se hace llamar "La garra" y que la hace de puto (que la verdad únicamente denigra a los putos porque por muy putitos hay muchos que son muy inteligentes y no pendejazos como ese) me "recargo en la pared" y es que no es posible que haya ignorantes y además necios, lo que para mí es sinónimo de pendejo, como este tipo que les digo que cuando quiere opinar de algo serio nomás no se le da razonar.

Y digo eso porque yo puedo ser ignorante pero no necio, o necio pero no ignorante o ninguno de los dos, pero cuando se es necio y además ignorante, es la locura.

En fin ya le dediqué muchas pinches letras a aquél guey o gueya o lo que sea y la verdad ni se las merece, aunque me sirvió para desquitar mi enojo de estar desvelado por trabajar tanto.

Por último, una duda que me tiene intrigado: Porqué cuando la gente habla  a las estaciones de radio y pide una canción dice: "Hola (con tono fresa) soy perenganita (sigue el tono fresa), oyes (ya salió lo bien educado) me podrías complacer con una canción (aquí ya el tono cambió completamente).

La verdad me vale madres el tono utilizado, lo que me causa intriga y no es más que eso, es porque no decimos me pones una rola, me das el gusto con esta canción o cualquier otra frase distinta a la choteada: "Me complaces con una canción" (y ademas con tonito cantado).

Lo confieso: yo también cuando en mis años mozos hablé a la radio para pedir una rola decía la misma pinche frase. Y ahora oigo como, al paso de los años, la misma frase se sigue utilizando por las nuevas generaciones.

Ya veo la jeta de la gente, "complacida" escuchando su rola. Tal como yo la puse cuando me "complacían" con la mía. La frase de hecho me manda una imagen a mi cerebro de un abuelito sentado en su mecedora al lado de su consola oyendo la sinfonola con canciones de Emilio Tuero, Agustín Lara y demás.

Será que esa imagen fue la causante de semejante frase que al paso de los años sigue vigente?

Si yo fuera dueño de una estación de radio tendría mi programa que se llamara "Me complaces con una canción" me cae que pegaría con tubo.

En fin, ya me voy a echar un coyotito.

lunes, 15 de febrero de 2010

El bazar y el gel

En 1985 fui por primera vez a un Bazar. Lógico que influenciado por la canción de las Flans denominada Bazar. En ese entonces y gracias a esa canción conocí un poco más estos lugares.

Este bazar (el lugar no la canción) era famoso y se llamaba o así se le conocía como el bazar del Hotel de México (ahora denominado muy pomposamente como World Trade Center).

Se ubicaba atrás del Hotel, en un área que ahora sirve como estacionamiento.

Ahí se vendían mil y un cosas. Todas o la mayoría de moda de aquel entonces. Al caminar por sus pasillos encontrabas stands que vendían discos en acetatos y cassetes originales o grabados, de hecho uno muy famoso que vendían era el de Michael Jackson "Thriller".

Vendían también en otros stands zapatos como top-siders, y otros más los tenis de moda que provenían de los E.U. como los Kaepa, Reebok, Nike, Avia y Converse, entre otros.

Encontrabas ropa Aca Joe, Ocean Pacific y demás; comprabas los famosos gummies que en ese entonces se utilizaban. Veías los pantalones bombachos y los suéteres largs y aguados de colores pastel. Encontrabas también películas en formato Beta para tu video casetera.

Al caminar por el bazar había música como dancing with tears in my eyes, de Ultravox, que se mezclaban con otras de Duran Duran, Madonna, Cindy Lauper, Frankie goes to Holywood, OMD, Billy Ocean u otras más de origen nacional como Flans, timbiriche, etc.

Comías de todo también.

No obstante, lo que más llamó mi atención porque no conocía era el gel que promocionaban para que uno luciera el cabello como Michael Jackson: húmedo.

Desde ese momento usé el gel y desde entonces también el gel lo relaciono con bazar.

El gel lo sigo usando, al bazar ya no voy. Después de ese bazar hubo otros como el de pericoapa o perinorte, pero creo, sin temor a equivocarme, que nunca como aquel bazar de la ciudad de México.

Buenos recuerdos a todos y excelente fin de semana.

viernes, 12 de febrero de 2010

Un guerrero

En la escuela primaria a la que asistía, como en la mayoría de las escuelas gubernamentales de este país, existe un suceso que aun no entiendo y creo que no lo entenderé jamás: Las escuelas están divididas.

En efecto, en un lado de la escuela que tenía su propio patio, estaban los alumnos de “la roja”, y no por tendencia política, sino porque su uniforme era de ese color. Del otro lado de la misma escuela, también con su patio, se encontraban los de “la azúl”.

Obviamente que esa división generó en los alumnos un sentimiento muy tradicional: el de territorialidad y amor por sus colores lo que implicó competencia, rivalidad y hasta cierto odio hacia los que no portaran el mismo color de uniforme.

Esa rivalidad entre uno y otro bando, generaba pequeñas batallas que iban desde lanzamiento de papeles, insultos, piedras, globos con agua hasta la defensa de los profesores de cada sección.

No obstante, esas batallas no se comparaban con lo que ocurría todas las mañanas antes de que tocaran la campana que anunciaba el momento de hacer la acostumbrada fila de los grupos, y me refiero a la guerra de guerras: el partido de futbol mañanero entre ambos colores.

Pero este partido no lo podía iniciar cualquiera, como tampoco cualquiera podía participar en él. Estaba reservado para los más grandes, los más antiguos, los más fuertes: “los de sexto de primaria”.

Yo no formaba parte, aún, de ese selecto grupo de guerreros de sexto grado que se partía el alma todas las mañanas por el orgullo de su color, en mi caso, el “azul”. Pero siempre veía ese juego con la ilusión de que un día sería parte de ese grupo y que metería muchos goles.

No obstante, todas las mañanas estaba atento del juego junto con muchos otros niños de ambos bandos, ya que al sonar la campana que avisaba el momento de hacer fila para los honores a la bandera, todos los alumnos de ambos bandos, del grado que fuera, podían entrar al campo a intentar meter ese último gol que daba al ganador; y es que no importaba el marcador inicial, solo ese último gol, el del vencedor.

Uno de esos días, me encontraba como de costumbre viendo el partido de los de sexto grado esperando que tocara la campana para entrar al campo a repartir patadas; de pronto uno de los tiros de los de mi equipo paso rozando una de las mochilas que hacían las veces de la portería. Corrí por el balón para regresarlo al campo pero el portero de los contrarios, más grande y fuerte, llegó primero por el balón y no permitió que lo pateara de regreso; por el contrario, me hizo a un lado con su brazo derecho, me miró con odio, y desde sus entrañas hizo una aspiración con la nariz y garganta para luego con la boca escupir una sustancia viscosa y verde hacia el suelo.

Después de ese acto tan sofisticado, me dijo:

- “Cómetelo”. - Esbozándo una sonrisa burlona y regresó a su portería con el balón en las manos.

Me quedé atónito y con coraje. Humillado, pensé que algún día cobraría esa afronta.

Lo que nunca imaginé fue que sería muy pronto, ese mismo día. Al sonar la campana vino el acostumbrado desbordamiento de pasiones futboleras y todos entraron al campo a patear la pelota en ayuda de sus colores. Yo no fui la excepción y salté cual gacela escapando del león al campo de batalla.

Éramos tantos que difícilmente podías tocar el balón. Te conformabas sólo con sentir la adrenalina que corría por tu cuerpo por el sólo hecho de estar allí. Eso ya era bastante.
Yo buscaba con ahínco el balón entre tanta patada de ambos bandos; el tiempo apremiaba; empujones, codazos, zancadillas y creo que hasta piquete de ojos y ombligo era válido para ganar esa guerra. La campana sonaba con más fuerza y ritmo.

De pronto, ví que el balón llegó a mis pies, a mis tenis panam azules. Estaba cerca de la portería contraria y lo único que hice fue detenerlo y ponerlo en dirección de esa portería. Varios gritaron: -¡Tira, tira!-. Otros más: -¡Pásala, pásala!- No sabía qué hacer, fue un instante tal vez uno o dos segundo. Levanté la mirada y ví al portero, ese que momentos antes me había sobajado vilmente. De pronto, un silencio absoluto a mi alrededor. Estábamos frente a frente. No había muchas esperanzas. La lógica decía que el guerrero de sexto grado de los de la roja destrozaría y se comería los cachitos del osado pequeño de quinto que se quiso convertir en héroe y guerrero de la mañana.

Al verlo acercarse, tomé la decisión: Tiraría a la portería con todas las fuerzas de mi corazón. Y así fue, mis panam azules chutaron el balón. No supe si cerré los ojos en ese acto o si miré toda la trayectoria del disparo. Lo cierto es que segundos después el balón entraba a la portería marcando el gol del gane. Tal vez el disparo fue muy fuerte, pero yo miré que entraba lentamente.

El grito de gol resurgió en los “azules”, empuñando una señal de victoria. Los “rojos”, con tristeza, acallaban su derrota y se iban a un largo día de escuela, pues no era lo mismo regresar al salón con una batalla ganada que con una dolorosa derrota.

Y la verdad aún no sé si disparé sólo por deshacerme del balón, por miedo a una entrada criminal del portero a mis infantiles piernas, o por el coraje de cobrar venganza del insulto recibido por ese portero. Lo cierto es que, fuera por cualquier motivo, conseguí marcar el gol del gane.

Yo brincaba feliz y varios compañeros se acercaron a felicitarme. Incluso, los de sexto grado. Era el día más glorioso de mi vida. El sabor del triunfo en mi alma, y el orgullo de haber sido el artífice del mismo,  iluminaron de alegría todas las horas de ese día.

Pero antes de dirigirme a la fila de mi salón, me acerqué con varios amigos al portero rival, ese que se había burlado minutos antes y, con la seguridad y confianza que dan los triunfos en la vida, en forma despectiva escupí sólo saliva al suelo e implore:

-Cómelo tú.-

jueves, 11 de febrero de 2010

Una tarde sin igual

Pasó por nosotros en su American Rambler color café con sus laterales de madera. Él ya había hablado a la escuela para solicitar que nos dejaran salir más temprano de la hora acostumbrada.

Estaba en las horas del taller de electrónica cuando entró el prefecto para llevarme a la salida de la secundaria. Ahí ya me esperaba junto con mis hermanos.

Nos subimos a la vagoneta y nos dio ropa para cambiarnos el incómodo uniforme de suéter verde con pantalón gris (príncipe de gales). Feliz me puse mis pantalones Aca Joe que nos había mandado mi mamá y me calcé mis top-siders azules.

En la radio sonaba la canción de "Toda la Vida" interpretada por Franco y daban avances del tráfico allá por el rumbo de C.U., donde jugaría la selección de Argentina contra la de Corea del Sur.

El cielo se nubló un poco y amenazaba, con sus grises nubes, dejar caer un torrencial agüacero.

Llegamos al estacionamiento y nos bajamos felices y sorprendidos de ver gente, en nuestro país, con rasgos orientales y hablando otro idioma totalmente desconocido. A pesar de que los vimos con cierta extrañeza, ellos, los coreanos, nos regalaron  unas banderitas para que apoyáramos a su selección.

Entramos por los túneles del estadio México 68 y ví un colorido espectáculo en las tribunas: De un lado colores azúl y blanco de los argentinos y por el otro, colores rojo, de los coreanos.

Empezó el partido y admirado y no menos emocionado, vi jugar al que en su casaca llevaba el número 10 de los argentinos. Decía "D. Maradona" en su espalda, arriba del número.

Lo vi regatear, driblar, chutar, caer y levantarse una y mil veces en el lodoso campo verde de C.U, que para ese momento ya estaba repleto de agua por la lluvia que se soltó.

En el medio tiempo comimos los sandwiches que mi mamá nos preparó junto con nuestro jugo Jumex.

Al finalizar el partido, ganó Argentina, pero los coreanos salieron felices pues la afición se volcó en su apoyo al ver lo alegres que eran

Fue una tarde sin igual. Fue una tarde con mi papá, mis hermanos, el futbol, Maradona y los coreanos. Fue una tarde de mundial, del mundial de México 86; fue una tarde lluviosa, una bella tarde de junio de mis queridos años ochentas.

lunes, 8 de febrero de 2010

Antes me gustaba cantar

 A mi me gusta cantar, no lo niego. De hecho, en mi juventud fui parte de un grupo coral en donde además tocaba el tololoche.

Cuando voy en mi carro, o cuando estoy en la regadera o incluso cuando no hay motivo, me pongo a cantar. Creí que no lo hacía tan mal.

El pasado viernes tuve una reunión en la casa con unos amigos donde uno de ellos llevó un karaoke, o mejor dicho, un cd con karaoke para la computadora.

Yo feliz pues me ha gustado siempre cantar. El problema es que me dí cuenta que últimamente me gusta cantar solo, sin que nadie, más que mi Busi, me escuche.

Y me díc uenta porque por alguna razón no pude cantar o mejor dicho lo hice de una manera desastrosa en frente de los amigos. La voz nunca me salió y cuando lo hizo se escuchaba temblorosa, desentonada y todo lo que tiene un cantante de esos chafas del canal de las estrellas.

Antes me gustaba cantar, lo hacía en coro, entrábamos a competencias con otros coros e incluso dábamos recitales y yo como la fresca mañana, ni me inmutaba.

Ahora no es como antes, me da más pena hacerlo en público (cantar) y más con gente que nunca me ha escuchado cantar.

Por alguna extraña razón la seguridad y hasta la voz ya no es como antes, el entusiasmo y desparpajo tampoco. Y me pregunto ¿Porqué crecemos y nos sentimos maduros, con algún status que lo único que ocasiona en muchos de nosotros es limitarnos a hacer o ser como éramos antes?

El caso es que terminé odiando el karaoke. Sólo me hizo hacer el ridículo. Tuve que cantar las de timbiriche para que todos corearan la canción y así no se escucharan mis gallos.

Antes me gustaba cantar... por ahora tendré que practicar no sólo en cantar sino en hacer y ser libre, como en aquellos años de juventud, como en aquel tiempo en que todo era diversión y cantaba, como cuando antes me gustaba cantar, como cuando vivía en mis años 80's.

Odio ser tan maduro. Añoro mi inmadurez. Antes me gustaba cantar...

jueves, 4 de febrero de 2010

Acá las fotos

 Lo prometido es deuda. Tardé un poco pero acá les dejo las fotos.

Durante el día, estuve tirado a toda hora, al lado de la Busi y con mi hielera llena de chelas.

Chequen al fondo mi elefantito azul, para no ahogarme en el mar, jeje.

La Busi y yo, a la orilla del mar.


Ya por la tarde vino la puesta del Sol.



Y la Busi salió al balcón para admirar esa belleza natural.


Más noche, fuimos al bar a disfrutar de unas piñas coladas.

En el bar, la Busi reflejando su alegría.

Y obviamente, el autor de estas memorias no podía dejar de disfrutar de la puesta del Sol:
(La panza la saqué a propósito para que se viera cachetón el alce de la playera, jaja.)

Pues ahí están las fotos, espero las disfruten tanto como yo, que de volverlas a ver se me antojó nuevamente irme a la playita a disfrutar del Sol y la tranquilidad.


martes, 2 de febrero de 2010

5 largas horas, casi seis

Fueron cinco horas las que hice desde el bello puerto de Acapulco hasta la ciudad de México. Las horas se dividieron de la siguiente manera: 1 hora desde Acapulco y hasta Chilpancingo, otra hora desde Chilpancingo hasta la entrada a Cuernavaca, allá por el Tec, y desde ahí hasta la casa, que está en el sur de la ciudad de México: 3 y media horas.

Veníamos desde Cuerna a vuelta de rueda.

Por suerte venía super relajado por estar unos días en la playa, pero de cualquier forma te estresa ver tanto carro desde la carretera.

Salimos de Acapulco a las tres de la tarde y llegamos a la ciudad de México a las 8 de la noche y tal vez un poquito más.

Lo bueno es que llegamos sanos y salvos.

A propósito, mañana subo unas fotos para compartir el atardecer que viví en Acapulco.
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