lunes, 22 de diciembre de 2008

La suerte

Regresé de las Vegas y sin haber ganado un sólo centavo de dólar. No jugué mucho pero lo poco que aposté lo perdí. Pensé que llevaba mala suerte en el viaje, pero después de reflexionar un rato recordé: "El viaje lo hice con mis "millas" de mexicana de pura casualidad, por lo que sólo desenbolse muy poquito; además, el hotel estaba de promoción por la temporada y nos salió muy barato, por lo que en total el viaje de la busi y mío nos salió en menos de la mitad del precio regular, esto es, fue mucha suerte. En aquella ciudad nevó durante nuestra estancia, lo que no curría hace más de treinta años; qué suerte. Entramos a un espectáculo y como no había mucha gente nos pasaron a los asientos de los boletos más caros, qué suerte. El hotel nos dio un voucher con 50 dólares para apostar, qué suerte."
En conclusión, creo que sí tuve suerte en mi viaje pues, por suerte, no aposté mucho con mi dinero.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Carta para los Reyes Magos

En esta época decembrina, llena de amor, paz y buenos deseos, de fraternidad con los semejantes y de llenar de regalos a los tuyos, como nos la venden las televisoras, reflexioné qué me gustaría tener. Pensé ¿porqué no escribir una cartita a los Reyes Magos? Pero no, mejor sólo pienso en un supuesto hipotético. Si pudiera pedir aún a los Reyes Magos, como en mi infancia, creo que en mi carta les rogaría que me hicieran un "súper hombre" con poderes.

Creo que para ser un "Super Hombre" se necesitan poderes. Pero ¿qué poderes necesitaría un "Super Hombre" en la actualidad? No pediría muchos; tal vez los esenciales. claro que si me dan más, pues qué mejor:

PODERES DE UN SUPER HOMBRE:
Poder reír.
Poder soñar.
Poder ver.
Poder oír.
Poder sentir.
Poder disfrutar.
Poder llorar.
Poder caminar.
Poder correr.
Poder vivir.
Poder respetar.
Poder amar.

Sí, tal vez pediría esos poderes que muchos hemos perdido o que los olvidamos o guardamos en el baúl de las cosas que tuvimos en la infancia.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Noticias que agradan

Veo poco los noticieros de televisión, en parte porque sé que no dicen toda la verdad y que la adecuan a sus propios intereses y en otra parte porque realmente no hay nada positivo en ellos pues sólo informan de matanzas, levantones, narcotráfico, ejecutados, inflitraciones en la policía, hambruna, y demás que sólo dejan a uno con ganas de no salir a la calle, con la esperanza en los suelos.
Sin embargo, escuché dos noticias que me alegraron el día: En Acapulco unos buzos de la Naval Militar (me parece) ayudaron a una ballena a salir de las redes en que se había atrancado y que de no hacerlo moriría irremediablemente. La otra noticia que me asombró aún más, es la de un perro rescatando a otro en plena carretera en Chile. Esta última me dejó boquiabierto. Ojalá y sea cierta la noticia pues se avanzaría en la creencia de que los animales sienten y se les respetaría más.
Y bueno si van a segur así las noticias me conformo con no escuchar sobre matanzas de animalitos o cualquier otra cosa que implique el sufimiento de ellos o su extinción pues de los otros "animalitos" (nosotros los "racionales") me vale. Que se sigan matando, ejecutando y todo lo que termine en "ando" pues hemos perdido el respeto por nosotros y por lo que nos rodea y lo único que queremos es acabar con aquéllo que tenga vida. Por eso, ojalá que por lo menos, si de acabar con algo o alguien se trata pues que se extinga la raza humana pero que dejen este mundo a los animalitos y a las plantitas que ellos sí saben valorar la tierra y no tienen la culpa de compartir este planeta con entes ... no tengo adjetivo alguno. En fin, que viva la flora y la fauna.

viernes, 5 de diciembre de 2008



Qué buena onda con este poster ochentero, estilo encuentren a Willy.

Está padre y super retro. Me lo encontré en internet.

Hoy tengo mi fiesta de graduación de la maestría. haber que tal nos va con eso de los problemas que se suscitaron en la organización. Por lo menos yo voy a disfrutar mis buenos whiskys con el Paco.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Más juguetes de antaño
















Aun cuando no tuve la mayoría de ellos, me recuerdan mi buenos tiempos de la infancia. ¿A poco no da nostalgia chida?
El fabuloso Fred era la tecnología en su máxima expresión para nosotros.

martes, 2 de diciembre de 2008

Navidad y sus juguetes de antaño






















Hoy cumplen 3 años de casados mi hermano y mi cuñada. Felicidades. Por cierto, ya llegó el espiritú navideño a mi hogar que es el suyo. El sábado pasado, la Busi y yo, junto con "la Marti", la niña que coopera con nosotros en el quehacer del hogar, pusimos nuestro árbol de navidad y toda la decoraciión ad-hoc para esta temporada.
Me gusta mucho esta época pues me recuerda cuando mi mamá y mis hermanos poníamos el árbol y luego mi papá (muy rara vez) pero sobre todo mi mamá se encargaban de quitarlo en enero pues todos nos hacíamos patos.

Me gustaba ver la tele, ya que en el canal 5, Rogelio Moreno y el tío Gamboín pasaban tanto juguete para pedir a los Reyes y a "Santo Clós" y mis papás sufriendo, aunque debo confesar que nunca nos trajeron los reyes lo que pedíamos. Me gustaba la época, además, porque todos los anuncios publicitarios entre caricaturas eran referentes a juguetes. Recuerdo los castillos Exin, los juegos electrónicos de Mattel, los Lili ledi, la avalancha, el hombre y el monstruo elásticos, el chutagol, la casita del árbol, el señor dientes, los juguetes mi alegría, las autopistas scalextric, los triciclos Apache, los juguetes de la plastimarx, los muñecos y las naves de star wars, los playmobil, las tutsi-botas navideñas, el atari, el fabuloso Fred, los muñecos fisher price, la máquina de hacer raspados... sólo por nombrar algunos.
Qué buenos juguetes...
Cuál era nuestra preocupación de entonces? Portarnos bien para recibir nuestros regalos. No tuve todos los que quise, pero goce todo lo poco que tuve.
Aprovecho, para agradecer a mis papás por su enorme esfuerzo, snif, para hacer nuestra infancia feliz.
Ya me salió el espiritú navideño y eso que apenas empieza diciembre, snif, snif.






jueves, 27 de noviembre de 2008

Un día común


Lo sé, aún no subo las fotos que prometí ayer. Lo haré mañana. Tengo que entregar mi examen de la maestría (enviarlo por e-mail al profesor que vino desde España) y las dos únicas preguntas están bastante densas, tengo que hacer una lectura de las sentencias constitucionales atípicas donde cada renglón tiene tanto contenido que mi cabezota no logra entender y tengo que releerlo varias veces.
También voy a ayudar, por la tarde, a la Busi con las dudas que le quedan de último minuto porque mañana muy temprano presenta un examen que si lo aprueba podrá ingresar a un curso en amparo que es muy peleado. Estoy seguro que le va a ir bien y cómo no si su maestro particular (osease yo) es "requetebien" inteligentote y ella una alumna tenaz (y bien guapota).
Por cierto, nos vamos a Las Vegas (por eso la foto medio panorámica sacada de internet) a dejar en blanco y sin fondos a los hoteles y casinos de por allá. Es bueno eso de la tarjeta frecuenta de Mexicana (conste que no le estoy haciendo buena publicidad ni nada parecido). La saqué no porque viajara mucho (de hecho me aterrorizaba volar ya lo he ido superando un poco) sino porque cualquier tarjeta que no cueste ni me cobren nada mensualmente y que me dé alguno que otro privilegio, siempre la obtengo. Y bueno ahora a sacarle provecho de los vuelos que he realizado durante varios años (mi trabajo y mi dinero, más esto que aquéllo, me costó juntar mis millitas). El caso es que había promoción de millas al dos por uno y las que yo tenía acumuladas (30,000 millas) me alcanzaban para un viaje redondo a los Estados Unidos (sólo un pasajero) pero con la promoción viajamos la busi y yo, juntitos, con esas millas. Sólo pagué el impuesto y un trámite de no sé que rollo de obtención de la promoción (cantidad que fue menor que si me fuera a Acapulco, ida-vuelta, en carretera desde México) y listo nos vamos en diciembre a Las Vegas, un lugar lleno de historia, cultura y arte. Perdón me equivoqué de la descripción del destino: un lugar para echar sólo buena onda y nada de aprendizaje. De repente hace falta algo así ¿o no?
En fin, con esta última preguntita -¿o no?- parece que escribo como si me leyeran ciento, miles o millones de admiradores, fans o curiosos y la verdad es que un sólo anónimo y Don Guffo han hecho el favor de emitir un comentario en este blog. snif.
No importa, yo escribo y punto y el que me quiera leer que lo haga y el que no pues no.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Un viaje al pasado. Algo de los ochentas


En este blog quiero hacer memoria de aquella maravillosa etapa de mi vida: Los años 80's, en especial de los zapatos o tenis que se usaban.

Sólo de recordar se me "enchina" la piel. Qué buenos tiempos. La ropa o la forma de vestir era un poco estrafalaria (en algún otro post me referiré a ella) pues además de que era holgada te colgabas de todo. Los pantalones (de mezclilla o cualquier otro material) debían estar "arremangados" y con ellos usabas tenis Kaeppa (a los que les cambiabas los traingulitos), Kangaroo, Avia, Reebok de bota, vans e incluso, otros más que no llegaba el bolsillo para esos tenis, usaban los Panam, Dunlop, Settia (que eran de bota), etcétera.

No obstante, desde un punto de vista personal, el zapato más significativo de esa época (para los hombres) ya que los podías usar con todo, eran los famosos "Top-Siders".

Había de varios colores, rojos, azul márino, azul claro, blancos, café. Sus agujetas eran distintas a todas y la moda era hacer una especie de nudo o amarre en sus puntas para que tuvieran una imagen distinta, como si estuvieran enrrolladas.

Recuerdo haber visto personas que usaban sus "top-siders" con calcetas e incluso calcetín; sin embargo, lo más usual era usarlos sin calcetines o calcetas.

Me viene a la mente un amigo que pisaba chueco, para adentro, y como los "top-siders" eran bastante amoldables, se acababa la parte interna del zapato como si estuviera pisando de lado hacia adentro.

Esos zapatos eran tan versátiles que los usabas con pantalón de mezclilla, de vestir e incluso shorts o bermúdas.

Era tal su fama que no sólo se usaban en México o en el continente Americano sino también en países europeos.

Ah qué buenos recuerdos.

Yo, obviamente tuve los míos.

En el viaje que hice a La Paz con motivo del bodorrio de mi hermano, entré a una tienda (si ya sé que van a pensar que qué estaba haciendo en una tienda con tanta playa hermosa y lugares por visitar pero la Busi quería unos perfumes y desmaquillante "quesque" por que ahí era más barato que en el D.F) y al acudir a la sección de zapatería que me los encuentro. Los originales "Top-Siders" y no de otra marca. Azúles como a mi me gustaban.

En ese momento me trasladé al pasado, viajé en el tiempo. Los miré, los palpé, los olí. Vino a mi mente gracias a la memoria olfativa y visual aquellos años y las vivencias que tuve con ellos en mis "piéceses" juveniles.

No lo pensé, no dudé sobre si era bueno o no el precio, si los usaré o no, si los necesito o no, simplemente me dio tanto gusto verlos que me imaginé usándolos nuevamente con mis pantalones "Aca" o "Jordache", mi camisa "Ocean Pacific" de las de Magnum, mi cabello alocado con mi copete y el gel a los lados y, por supuesto, mis top-siders sin calcetines. Incluso pensé en hacerles el famoso nudito en las agujetas.

Miré a la dueña de mis quincenas en busca de una mirada de aprobación y tal vez porque vio mi cara radiante de felicidad, como cuando te reencuentras con un amigo muy querido, me impulsó a que los comprara. Tal vez a ella no le gustaron tanto, pero me apoyó al ver el gusto con el que me los probé.

Al final los compré, no los he usado aún porque hace tanto frío que me tengo que poner calcetines y eso no quiero, simplemente no van con mis "top-siders", por lo que ya quiero que venga la primavera para que no se me congelen las patas. Aunque tal vez no logre esperar tanto y los use con la consecuencia de tener moradas de frío "las de andar".

No obstante creo que sería bueno esperar, pues quizás para ese entonces ya haya recordado cómo hacer el famoso nudo de las agujetas que han ocupado, desde la compra, todas mis tardes sin resultados favorables. Pos no que ¿lo que bien se aprende nunca se olvida?
La foto posteada no corresponde a mis zapatos, los míos están más "requetebonitos" porque su agujeta es la clásica blanca. Mañana pondré la foto junto con alguna de mi juventud "topsideriana".


martes, 18 de noviembre de 2008

Sin ti nada es igual.

Era eso lo que faltaba. El fin de semana pasado fui, junto con la Busi mi esposa, a La Paz, Baja California a la boda mi hermano el menor. La boda fue bonita. La familia política de mi hermano nos trató de maravilla, como si nos conocieran de años atrás, su hospitalidad sobrepasó toda expectativa.

Aprovechamos ese viaje para conocer esa ciudad, o lo más que podíamos ya que fueron pocos los días que estuvimos allá.

Tomamos un viaje en lancha a varias playas que ahí existen y de éstas la que más me gustó fue la denominada "Ensenada Grande"; nadamos cerca de lobos marinos sin molestar su habitat. Fue emocionante, una experiencia única. Fue excitante sentir el viento en la cara remojada por el agua del mar que nos salpicaba a cada choque de la lancha con las olas y nadar en las playas más tranquilas, bonitas y solas que he conocido.

Pero todo ello no hubiera sido magnífico sin ti. Mirarte en la lancha con esa sonrisa hace que me enamore cada día más de ti y no sé hasta donde llegará mi amor. No tiene fin este sentimiento. Me fascinó ver tu sonrisa, tu mirada de asombro ante las bellezas naturales, tu entusiamo y emoción por nadar cerca de los lobos marinos.

La boda estuvo bonita, la naturaleza de La Paz fue increible, la familia de mi hermano bastante hospitalaria pero mirar tu alegría, ver tu sonrisa y asombro ante las situaciones que la vida te da y ver como las disfrutas, fue lo que valió la pena de ese viaje. Te amo inmensamente y nada me hace más feliz que verte feliz. Eres todo para mi, te amo mi busi.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Hacer política en México es sinónimo de división

POLÍTICA = DIVISIÓN.

México tiene diversas divisiones: A) Dividido por territorio, esto es, por 31 Estados y un Distrito Federal. B) Dividido en cuanto al ejercicio de los Poderes de la Unión: Ejecutivo, Legislativo y Judicial que a su vez se subdivide en Federal y Local. C) Dividido por Circuitos (los Tribunales Colegiados de Circuito, pertenecientes al Poder Judicial Federal, tienen jurisdicción según su Circuito y éste puede abarcar incluso hasta dos o más Estados). En fin así como estos ejemplos podemos hallar muchas y muy variadas formas en que nuestro México está dividido para “su buen funcionamiento como país”. Lo triste es cuando estás divisiones se dan por intereses personales, por caprichos, orgullos, envidias, egoísmos y demás circunstancias que tienen como propósito “no dejar ser ni hacer”.
Como ejemplo de esto último están las ideologías, las cuales no están mal por el hecho de que todos pensemos en forma distinta sino que cobra un sentido diverso cuando estás ideologías son caprichosas y sin argumentos fehacientes para ir en contra de tal o cual forma de pensar o de actuar.
Dentro del mundo de las ideologías, vemos que México también encuentra división en este supuesto con los partidos políticos los cuales a su vez están divididos por grupos ya sea los conservadores o los liberales (o así debiera ser). Pero ahora esos grupos de los partidos políticos se dividen por ideologías con intereses propios y no comunes y que sólo buscan el poder para obtener más poder en diversos niveles de gobierno (aunque hay contadas excepciones).
Lo triste es que todo ello no es propio sólo de la cúpula política (lo cual es del conocimiento público) sino que las divisiones nacen desde los primeros años en que comenzamos a socializar con otros congéneres. Ejemplos:
- No le hables a ese niño(a) porque se junta con X y me cae gordo(a), vamonos a comer la torta allá atrás (torta de alimento, mal pensados).
- Hagamos el equipo de voleibol, futbol, béisbol, básquetbol, o cualquier deporte de conjunto “sólo entre cuates”.
- Hagan grupos para entregar un trabajo o tarea y buscas a tus amigos y sufres si la maestra lo hace al azar.
Como estos hay múltiples ejemplos en México y se da, como vemos, en todos los niveles, en todas las escuelas, en la iniciativa privada y en la clase burocrática, esto es, en todos lados.

¿Porqué está reflexión? Porque estoy por finalizar la maestría en Derecho que curso. Se organizó una pequeña fiesta de graduación y se delegó a una compañera la organización de ese evento. Realizó las reservaciones y demás preparativos para la fiesta, todo marchaba bien hasta que “otro grupo” del mismo salón a semanas del evento, propuso que se cambiara de fecha y como no hubo respuesta favorable a esos intereses, empezaron a cancelar, en pocas palabras, a boicotear la cena de graduación. Ello originó correos electrónicos agresivos entre uno y otro bando (aunque debo decir que en el salón hay más de dos grupos político-estudiantiles” que se han mantenido al margen y que en principio apoyan al grupo organizador de la reunión) que a pocos días de la fiesta aleja el propósito de ésta: la convivencia amena y armónica.
En fin, este grupo de maestría del que soy parte arrojamos severas críticas con la supuesta libertad de cátedra y la “elevada autoridad” que creemos tener por el simple hecho de estar ahí, pero si con tan pobre e insignificante objetivo no llegamos a arreglos o acuerdos y damos paso a la intolerancia y agresividad, todo por tener el poder del grupo (aunque no se reconozca pública ni expresamente) que podemos esperar de los que manejan México.
El poder del grupo implica que una de esas personas de determinado grupo obtendrá más votos para ser "presidenta de generación", lo que dará la oportunidad de tener el contacto directo con los coordinadores de la maestría para múltiples eventos en los que se pueda relacionar ese presidente con su grupo en congresos, convenciones, etc., a los que acuden los más poderosos y prestigiados ($$$$) juristas de México, y que puede traer como consecuencia un buen "hueso" en su futuro profesional de ese grupo.
Los grupos de poder de México, empezaron en un aula y si no creen, pregúntenle de dónde son el Presidente de México, el actual Secretario de Gobernación y demás círculo de poderosos personajes que manejan el destino del país. Efectivamente de una misma aula o Universidad.
De ahí mi conclusión que es el nombre de este post: para mí hacer política significa dividir lo que estaba unido por naturaleza para buscar intereses personales (generalmente $$$) en lugar del bienestar común; que asco.

martes, 11 de noviembre de 2008

Cuando no hay nada que escribir


Esto es lo que más se me antoja ahora: dormir. No se me ocurre nada para escribir o, más bien, tengo pereza de plasmar una memoria. Debo bajar unas fotos de mi cámara porque el sábado se casa mi hermano menor y tengo que vaciar las memorias de la cámara pero también me causa flojera hacerlo. En fin, mañana postearé algo. Mejor haré lo que mejor sabe hacer la Leslie (foto de arriba): dormir.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Cruda (segunda parte)

Mi esposa despertó y, al igual que yo, tenía la misma cruda económica por la compra de la videocámara. Aunque no lo expresábamos, nuestra felicidad por ese gasto se veía un poco empañada por cierta intranquilidad e inseguridad así como por el sentimiento de culpa por haber pagado, vía tarjetazo, una cantidad bastante de dinero en tiempos de inestabilidad económica mundial.
No obstante, para calmar ese molesto sentimiento, ambos nos dabamos ánimos y nos elogiabamos por la compra realizada. Pero aun así, muy dentro de nosotros sabíamos que fue un gasto innecesario, impulsivo y bastante caro. Revisé la videocámara "viejita" para ver cómo la iba a acomodar con otro dueño y una angustiosa crisis por el dinero utilizado en la "super oferta" acrecentó esa profunda voz de mi subconsciente que me decía una noche antes: "Está preciosa, pero no compres la cámara, espérate a que baje más de precio. Tengo una cámara muy buena en casa."
- Está nuevecita mi cámara y la compré apenas hace cuatro años- Pensé en voz alta.
- ¿Qué dijiste? -Cuestionó mi esposa que pasaba en ese momento por el cuarto.
- Que.. en cuánto daré mi cámara para no perderle tanto, a mi me costó cara pues es de las buenas. - tartamudée y respondí inseguro.
- Lo único malo de esta cámara es que tengo siempre que estar comprando cassetes y cargarlos en los viajes, y en la nueva que adquirimos ya tiene su memoria interna.- Continúe, justificando la compra.
Después de analizar las cámaras y sus precios, ambos nos vimos a los ojos e hicimos una mueca de "qué mala compra, fue un gasto innecesario y nos ganó la mercadotecnia navideña de soy totalmente palacio".
- Y si la devolvemos? La acabamos de comprar hace unas horas. - Soltamos con esa expresión nuestro sentimiento guardado desde que pasé mi tarjeta de crédito en esa madrugada.
Sentimos culpa de gastar sin conciencia. Nos recriminamos. Pensamos que con ese dinero pudimos comprar mejores cosas y, sobre todo, más prácticas y necesarias para nosotros. O incluso ahorrarlo para adelantar el pago de la hipoteca.
- El ticket dice que no hay cambios ni devoluciones, si vamos nos van a mandar muy lejos.- Dijo mi esposa analizando el recibo de compra y con una cara de ya nos jodimos.
- Tú siempre puedes.- La animé con voz segura pero con sentimiento de desconfianza en el fondo.
- Total, si no nos hacen la devolución nos la quedamos y la "viejita", como no me van a dar lo que me costó ni tampoco la mitad de su precio original, la sacamos haciendo una rifa.- Le sugerí.
- Vamos rápido a regresarla.- Me dijo confiada
Subimos al carro, llegamos a la tienda, hablamos con el encargado, con su superior y con el superior del superior, poniendo siempre cara de "pobres muertos de hambre" para que se apiadaran de nuestra alocada y entusiasta estupidez consumista.
- Es muy dificil, ya se selló la garantía y el ticket dice que no hay cambios ni devoluciones. - Nos decían una y otra vez.
- Por favor, cómo la vamos a pagar, tenemos otras deudas. -Mentimos para salvar nuestra desgraciada tontería consumista, eso sí, sin modificar nuestra cara de preocupación y mejorándola como para enviar el mensaje de "Ni pa frijoles tenemos", jijiji.
- Dejéme ver qué se puede hacer, pero le insisto es muy dificil. - Dijo el jefe del superior del encargado del área. Se hicieron algunos trámites.
Minutos más tarde nos dirigimos al estacionamiento, un poco serios, sin mirar atrás bajamos por las escaleras eléctricas.
Salímos de la tienda. Llegamos al Mc Donalds que hay en la plaza comercial. Moríamos de hambre y necesitabamos algo de comer para aliviar el sabor amargo de nuestras bocas.
Nos miramos, sonreímos y, con júbilo, expresamos nuestra felicidad. Abrazos y besos. Lo habíamos logrado. Dificl pero lo hicimos. Regresamos felices.
Al final del día, me quedé sin cámara nueva. Sin esa cámara que me había vuelto loco. Pero regresó la tranquilidad a mi mente y, sobre todo, a mi bolsillo. En unos años la compraré; además, mi cámara "viejita", viéndola bien, todavía agüanta un buen rato y no está tan fea ni es tan inútil como parecía al lado de las video cámaras con novedosas tecnologías.
Pero todo lo anterior, no fue tan valioso e importante como ver que a mi esposa "Busi", le regreso el color y la sonrisa a su rostro. Y eso, quedó grabado de por vida en la mejor video cámara que existe: La memoria.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cruda

Son las 8:30 am del domingo. Ayer me desvelé y no obstante me levanté temprano. Ya no pude dormir.

Llevamos mi esposa y yo varios fines de semana contínuos desvelándonos. Un partido de futbol que acaba en fiesta en nuestra casa, una cenita con compañeros de secundaria que se alarga a altas horas de la madrugada, una fiesta de disfraces en Celaya, una carne asada en el Ajusco que finaliza en fiesta en casa de uno de los amigos, etcétera, etcétera. Por fin ayer teníamos el día libre de algún compromiso y la noche también.
- Hoy sí dormiremos temprano- Le afirmé a mi esposa.
- Sí, ya hacía falta descansar un poco- Respondió asintiendo con la cabeza. - ¿Te parece si en la tarde vamos al centro comercial?, aún no compras tu traje de lino para la boda de tu hermano y a mi me hacen falta los zapatos de mi vestido. Te recuerdo que estamos a una semana de la boda y en la semana no voy a poder buscarlos pues estaré muy ajetreada. -Me dijo con voz firme.
- Bueno. - Accedí. Pensé que ya nos hacía falta caminar un poco y además no estaría mal ver cómo arreglaron el centro comercial para la Navidad.
No encontré mi traje, ni ella sus zapatos. Sin embargo, encontramos que había "venta nocturna" por las fiestas navideñas.
La tienda departamental estaba llena al máximo, meseros regalando copas de vino blanco y tinto, botellitas de agua, todo para que el consumidor se sintiera a gusto. La gente caminaba con sendas bolsas, llenas de compras y más compras; pasaban su tarjeta de crédito sin ningún remordimiento, felices porque la tienda le "regalaba", además del descuento directo en el precio y los 15 meses sin intereses, cierta cantidad de monedas según lo comprado canjeables por determinados regalos que la tienda preestableció e incluso te abonaban un porcentaje a un monedero electrónico para usarlo y seguir comprando en su tienda. ¡Qué dadivosa!. Eso es espíritu navideño.
¿Y la crisis crisis mundial económica?. Pues ¿no que estamos muy jodidos y que no usemos tarjetas de crédito en esta época de inestabilidad económica en la que el dólar está muy volátil? -Pensé viendo a los pobres consumidores con cierta pena por ellos. -Los quiero ver en enero haciendo fila en el Monte de Piedad. - Me compadecí.
De repente, pasando por "electrónica y fotografía" detuve mi marcha para preguntar por una cámara de video que hace algún tiempo quería comprar.
Mi esposa me acompañó, junto con mis suegros a quienes nos encontramos en la tienda.
Me explicó las características de la videocámara y poco a poco me demostraba otras más, distintas a la que originalmente había llamado mi atención. Con la última que me demostró, quedé maravillado y sobe todo envuelto por todo lo que podía hacer.
El vendedor, excelente por cierto ya que me traslado imaginaramente a momentos increíbles de mi vida grabados por esa super cámara de video, vio a un cliente potencial en mí dado el interés mostrado en ella.
No se equivocó. Tanto mi esposa como yo quedamos maravillados con la cámara.
-Vale la pena- Dijo mi esposa. - Si ya vas a hacer el gasto, por un poco más compraría esta cámara que tiene mejores cualidades que la otra que querías.- Me animó.
- ¿Cuánto serían las mensualidades? Pregunté.
Cálculos matemáticos y el ofrecimiento de más regalos para animarnos.
Fuimos a cenar para pensarlo. Nos gustó pero estába un poquito cara.
-Bueno para eso trabajamos ¿o no? Debemos darnos un gusto de vez en cuando- Nos animó mi suegra.
Cálculos matemáticos. Vale la pena o no, esa era la cuestión.
-En Estados Unidos, cómo está el dólar actualmente sale casi igual.- Me dijo mi esposa, no sin antes haber investigado rapidamente en el buscador de internet que tiene en el celular.
Al final, caímos en las garras del consumismo. A las 2:00 am de la mañana estábamos de regreso en esa tienda. Pasamos la tarjeta de crédito. -Las mensualidades están bastantes cómodas- Nos animamos mi esposa y yo.
- Es nuestro regalo de Navidad, tu pones la mitad y yo la otra ¿va?- Acordamos.
Llegamos a la casa, platicamos, le echamos un último vistazo a nuestra adquisición. 3:00 am.
¿Y la tan sonada crisis económica? Me cuestioné antes de conciliar el sueño. - Pues está noche se fue muy lejos, tal vez regresé a principios de año.- Me contesté.
Dormimos.
La cruda de hoy, no es cómo las otras. Es más bonita. Estoy como niño que recién recibió sus regalos de los "Santos Reyes Magos". Pero mi esposa me advirtió que no podía utilizar todavía la cámara.
Nos volvimos a desvelar y ella sigue dormida; yo quiero que ya despierte pues no puedo resistir más. Muero de ganas por usar la cámara. Pero esas ganas se intensifican al pensar que lo primero que grabaré en la video será a ella, la persona más importante, valiosa y hermosa que tengo en la vida: Mi esposa.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Lomas... OGT

"Lo-más" característico de los gobiernos de México... Sus traiciones, mentiras, y sus políticos.
"Lo-más" característico de la gente mexicana... Que en lugar de ayudar al que tiene éxito, lo tratan de hundir.
"Lo-más" característico de nuestras leyes... Son para no cumplirse.
"lo más" característico de las investigaciones en el gobierno... Es que nunca se sabe la verdad (creo que se archivan los asuntos y al pueblo se nos olvida).
"Lo-más" bajo que hemos caído... Todavía seguimos cayendo.
"Lo-mas"... Taurinas" (Colosio)
"Lo-mas" ... de Chapultepec" (Mouriño)
"Lo-más" OGT... "QUE NOS SIGAN DANDO ATOLE CON EL DEDO A LOS MEXICANOS".
Ni modo. Aquí nos tocó vivir.

Por cierto, así como los artistas recibían su patadita para la buena suerte cuando se presentaban en televisión por parte de Don Raúl Del Asco, en "Siempre en Domingo" (Siempre lo Mismo), este blog tuvo la suya (su patadita).

En efecto, ya se estrenó este blog con un primer comentario y "de lujo" (que debo admitir fue por invitación mía). Nada más ni nada menos (no sé porque siempre dicen así) que el buen Guffo Caballero, a quien sólo por las lecturas diarias que hago en su excelente blog, siento conocerlo de un buen tiempo.

Gracias Guffo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

El Faro, los mariscos y el Whisky

Nunca fue de mi agrado la comida del mar, especialmente los mariscos, ya que sí podía comer un pescado empanizado. No obstante, desde hace varios años forman parte de mi dieta. Debo reconocer que se lo debo al Tony quien fue el que me llevó a ese restaurante en la Viga. Era viernes santo y hacía bastante calor. Se antojaba una buena comida acompañada de una "chelita" bien fría y él me dijo que conocía un lugar llamado el Faro en el que se comía muy rico. Fuimos a ese lugar con otros amigos (El Mon, el güigüis y creo que mi compadre el Hectorín). Pedimos las bebidas y, además, una entrada de comida que se llama "farolada", precisamente compuesta de mariscos. No muy gustoso acepté. Pero cuando probé el platillo me gustó y bastante. Desde entonces empecé a comer mariscos. De hecho tratábamos de reunirnos cada semana en ese lugar para comer y aunque no se hacía cada semana si nos reuníamos ahí con mucha regularidad, pues aparte de la comida nos echábamos unos buenos tragos. El dueño, nos trataba con mucha cordialidad y familiaridad, lo que era "la cereza del pastel". Incluso, cuando debía cerrar el restaurante lo hacía pero nunca nos corría. Poco a poco, dadas las múltiples obligaciones laborales, familiares y sociales, dejamos de reunirnos y de acudir a ese lugar. En contadas ocasiones acudo a comer con mi esposa y, en otras más, con mi otro buen amigo Paco a comer. Lo interesante es que ahí me gustó comer el pescado y los mariscos en sus múltiples formas en que los cocinaban. Ayer, fui a comer con Paco. Pedimos nuestra acostumbrada "Farolada" para los dos y después cada quien su platillo. Yo siempre bebo cerveza o una paloma (tequila con squirt, limón y escarchado el vaso con sal). El whiskey o whisky (ambas formas son aceptadas) no es de mi agrado ni en bodas donde es gratis y menos con agua mineral. No obstante, Paco me recomendó tomar un Jack Daniels con sprite y debo decir que fue ¡Otra cosa! Ya me habían recomendado tomarlo con otro refresco sabor lima-limón llamado Ginger-Ale, Canada dry o shwepes (no sé si así se escribe). Juró que lo haré. Nuevamente en "el Faro" lugar de buenas reuniones de amigos y familiares probé algo nuevo y del que así como los pescados y mariscos pasaron a formar parte de mi dieta, el whisky (pero Jack Daniels para empezar) será parte de mis próximas bebidas favoritas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

México viejo, México... ¿nuevo?

Ese miércoles 23 de marzo de 1994, regresaba de la Universidad, junto a mi hermano, en el vocho blanco que mi papá nos prestaba para transportarnos. Los miércoles salíamos más temprano de clase pues sólo teníamos una que también tomábamos los sábados.
En esa época no escuchabámos noticias por la radio, por el contrario, poníamos un cassete en el autoestéreo para oír a todo volumen nuestra música.
Al circular por las calles de la ciudad de México, nos percatamos que la gente que caminaba por las mismas se notaba nerviosa, ansiosa, temerosa... muy rara.
Llegamos a la casa y saludamos a mi abuelo que estaba con nosotros pues mis padres habían salido de viaje y él se quedaba a "cuidarnos". Lo vimos que terminaba de arreglarse y que portaba su clásica camisa gris de cuello de tortuga, un pantalón negro y su típico saco de piel color "miel". Vestía así en ocasiones especiales (bodas, 15 años, bautizos, fiestas e incluso velorios). Ese día nos dijo que acudiría al velorio de su hermana Isabel.
Lo vimos que tomó camino no sin antes decirnos que viéramos la tele, especialmente las noticias porque habían matado a algún personaje fuerte de la política.
Prendimos la televisión y ¡oh sorpresa!, estaban anunciando el asesinato del candidato del PRI a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio. Sobra decir que no lo podíamos creer. Toda la tarde y noche pegados en la tele viendo cómo "la señora del buen decir" (creo que así le decían en Televisa), Talina Fernández, buscaba la primicia de la nota roja.
Hacíamos conjeturas, al igual que la sociedad, y concluimos acusando al entonces presidente Salinas y a diversos personajes de la política de ese asesinato.
Pensamos que México estaba en el hoyo, que ya había llegado muy bajo. Nos atemorizamos. Qué otra cosa peor le podía pasar a México, creímos que ya ninguna. Obviamente el occiso fue elevado a rango de mártir político y fungió como bandera del PRI para las siguientes elecciones federales. Lógico que fue un respiro para ese partido que ya daba "patadas de ahogado" y estaba perdiendo votos desde las elecciones en que surgió ganador Carlos Salinas. Lo anterior valió para que el PRI ganara, por última vez, la presidencia con su candidato emergente Ernesto Zedillo.
Ayer, 14 años más tarde de aquel suceso, otra nota histórica y de gran peso político: Muere Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación, en un avionazo por los rumbos de Reforma y Periférico. ¿Accidente o atentado? ¿Un nuevo mártir en el gobierno federal aunque de otro partido? (aunque el PAN ya tenía a Clouthier) ¿Qué falta para que México avance y deje de ser aquel país del siglo XVIII y XIX que se caracterizó por asesinatos de Presidentes y vicepresidentes; traiciones, planes de gobierno, levantamientos en armas para derrocar un gobierno? Y ni qué decir del siglo XX. Con todo esto, los tiempos de ahora parecen, en el fondo, iguales a los de antes. En verdad que en estos menesteres no añoro lo de antes pues lo vivo actualmente. ¿Cuándo creceremos, pobre México?

martes, 4 de noviembre de 2008

Por bocón.

- Ya vieron a ese guey?- Dije con seguridad y señalando hacia el otro lado del patio de la Universidad.
- Cuál?- Preguntó Emmaruth.
- Ese guey que está vestido todo de blanco. ¿A poco no se distingue entre la multitud? - Y señalé con mayor precisión.
- ¿Qué tiene? Dijo Edsón sin dejar de abrazar a Lety, su novia.
- A poco tu te vestirías así y saldrías a la calle - Reté a Edsón.
- Pues la neta no- Respondió mirándolo de pies a cabeza.
- ¿A poco no parece de la "Sonora Santanera"?- Reí con tono burlón y todos asintieron con su carcajada.
Me levanté de la jardinera que todas las tardes era testigo silenciosa de nuestras pláticas, burlas y peleas.
- "Es la boa, tataratata"- Canté y bailé refiriéndome a ese personaje que caminaba por el patió y al que lo había asignado como parte de ese grupo musical popular.
Todos reían.
- Y como buen artista que dice que el mejor regalo de su público son los aplausos, me engrandecí con las carcajadas de mis amigos y continué:
- Es más, con ese medallón que lleva colgado del cuello parece también a Walter Mercado, jajajaja.- Seguí mi burla hacia ese tipo.
- Ahorita va a venir con nosotros y nos va a decir que nos da "todo pero todo su corazón"- Expresé, haciendo el ademán que caracterizaba a ese astrólogo gay.
Todos seguían riendo y hasta se doblaban de la risa. No obstante, algunos más empezaban a guardar silencio en la medida en que se acercaba ese señor de vestimenta rara y le veían mejor la cara.
De pronto, Rafa, la novia de mi hermano, con voz insegura dijo:
- ¡Qué mala onda! Te estás burlando de mi hermano- Dejé de reir a carcajadas pero todavía con la sonrisa en mi rostro quise imaginar que ahora ella quería vacilarme.
- ¡Cómo puede ser tu hermano! No es cierto, me quieres cambiar la broma- Le dije ya con cierto temor al mirar su rostro serio.
- Es verdad, es su hermano- Dijo el mío haciéndome una cara de "deja de decir pendejadas imbecil"-
- Bueno, no es que parezca de la Sonora Santanera ni Walter Mercado, sino más bien lo que quise decir fue que ...-
- Mejor cállate- Interrumpió mi hermano. -Ya la cagaste- Me dijo.
- Es que su forma de vestir se me hizo un poco rara y... -
- Ya no digas nada que sólo la estás regando más- Me volvió a interrumpir mi hermano pero ahora con la mirada de todos hacia mí reprochándome seguramente con un pensamiento de: "Qué poca madre, cómo te expresas así de tu concuño"-
De repente, todos los que reían a carcajadas guardaron silencio.
Zoraya interrumpió ese silencio y dijo:
- Si, es verdad, sí es su hermano, que mala onda eres-
Aún no creía que fuera su hermano. Incluso, sonreí de nuevo y dije:
- Ahora caigo, ustedes se pusieron de acuerdo y ¿me están vacilando verdad?-
Silencio total.
En eso, el grito de la novia de mi hermano:
-Abel, estamos aquí.-
Abel alzó su brazo y con la mano indicó que se acercaba a nosotros.
-Bueno, ya empezó mi clase, nos vemos al rato- Avergonzado y derrotado por mi mala broma, me retiré apresurádamente sintiendo fuego en la cara.
- Pero ¿quién le manda a vestirse tan ridículo a ese cabrón?- Pensé en mi andar.
- La verdad, se rieron todos, o sea, que sí tenía razón- me daba seguridad en mis adentros.
- En fin debo aprender que hay ocasiones en que me debo percatar antes de hacer una broma de alguien, pero bueno ya la cagué y ni modo.

jueves, 30 de octubre de 2008

El frontón de la secu.

Estudiaba la secundaria en la número 59 "Club de Leones". Ahí, uno de los deportes que más se practicaba era el frontón. Por lo menos, eso creo, casi todos los alumnos en algún momento tuvimos que jugar en las altas paredes verdes con raya amarilla. Jugábamos uno contra uno o por parejas. A la hora del recreo (había dos, pero el importante era el que duraba 15 minutos) salíamos disparados hacia las canchas para apropiarnos una de ellas. Al sonar el timbre, atravesábamos el salón, corríamos por los pasillos, bajábamos las escaleras brincando de dos en dos los peldaños de ésta y llegábamos hasta el patio grande donde a lo lejos divisábamos los paredones verdes. Corríamos con nuestra "pelota de esponja" en la mano. Cuando nos acercábamos a las canchas y, aún corriendo a todo pulmón, lánzabamos la pelota. Era impresionante ver cómo un gran número de ellas surcaban el cielo en dirección hacia las canchas, lo que daba la impresión de ser rocas lanzadas por catapultas medievales. La primera pelota que tocaba la pared de la cancha daba el derecho al propietario de aquélla de jugar en ésta los 15 minutos que duraba el descanso, obviamente con el grupo de amigos que generalmente era del salón. Los que no ganaban la cancha tenían que buscar otra actividad o suplicar que los dejaran retar.
La cancha más solicitada era la que se encontraba en el extremo izquierdo ya que contenía una pared lateral que integraba a esa cancha, lo cual hacía más atractivo el juego pues se utilizaba esa pared como aliada en el juego de frontón, obvio que se debía ser diestro en el uso de la "pared". Usábamos ambas manos para jugar aunque había algunos que no eran muy aptos con la izquierda. Sin embargo, los zurdos llevaban cierta ventaja pues manejaban ese lado como ningún otro y si ponías la pelota a modo sería, seguramente, un punto a favor para ellos.
Ayer volví a jugar, no frontón sino squash, que en esencia es lo mismo salvo que utilizas raqueta especial y no las manos. Y aunque no tiene nada de especial ir a jugar squash, lo característico es que los que jugamos ayer éramos los mismos que hace aproximadamente veintitantos años jugábamos frontón en esa escuela secundaria 59 "Club de Leones". La diferencia de aquellos años a los actuales es que no tenemos los mismos reflejos, la condición está por los suelos y, en mi caso, la cadera me chinga como si hubiera jugado rugby yo sólo contra mil. Es impresionante el paso de los años. Debo reconocer que la mayoría nos mantenemos en cierta condición deportiva óptima, hay pancita pero no bastante; sin embargo, los movimientos bruscos y sin un buen calentamiento, en mi caso, hacen estragos en mi espalda baja.
¡Ay qué tiempos aquéllos! daba igual caerte de lado izquierdo, derecho, de sentón, de espaldas, torcido, no te importaba agacharte, lanzarte, estirarte o hasta madrearte, siempre te sacudías la tierra, seguías en el juego y al día siguiente como si nada hubiera ocurrido. Y ahora... cómo me duele la espalda baja... Creo que me estoy haciendo viejo. Ni modo.

viernes, 24 de octubre de 2008

La granizada del '85




-¡Qué paisaje! Debo captarlo en mi cámara para recordarlo por siempre. -Fue lo primero que pensé-
-Es parecido a aquél que ví hace años.- Suspiré.
En septiembre de 1985, curiosamente el mismo mes y año del terremoto en la ciudad de México cayó una granizada por el centro de esta ciudad. Era lunes, aunque no recuerdo bien si el evento meteorológico ocurrió el 2 o el 9 de septiembre, sí puedo afirmar que iniciaba el mes y con él las clases en las escuelas secundarias.

Esa tarde varios amigos de la cuadra nos reunimos en la iglesia de la colonia. La verdad no éramos muy religiosos, pero como muchos de nosotros acudíamos al catecismo o a los acólitos e incluso algunos más a un coro musical, nuestros padres nos dejaban salir por las tardes con el engaño de que teníamos algún tipo de ensayo de esas actividades religiosas -Por suerte el padrecito Milanés (así se apellidaba) no era de esos pederastas, por el contrario era bastante buena onda-.

El motivo de la reunión fue la angustiante nostalgia que un niño "catorceañero" sentía por las vacaciones que habían terminado recientemente por lo que nos gustaba recordar esas grandes aventuras vividas en ese verano -aunque en una ciudad tan poblada y peligrosa como la ciudad de México es dificil afirmar lo anterior, en mi cuadra los niños de aquélla época nos podíamos divertir todavía sin temor alguno de sufrir los actos violentos de la inseguridad-.

De pronto, como a las cinco de la tarde, el cielo se nubló, se tornó de un gris intenso, algunos truenos retumbaron el firmamento y las aves callejeras emprendieron repentinamente su vuelo sabedoras de la tromba que venía.

Empezó a llover pero de inmediato esas gotas enormes cambiaron por granizo. Parecía que ni "la casa de Dios" iba a resistir. La gente que por ahí pasaba se refugió en la iglesia esperando, al igual que nosotros, que la lluvia pasara rápidamente. No obstante, la lluvia continuó, cada vez con mayor fuerza, como si el cielo se hubiera enojado y estuviera apedreando a todos los de abajo. No cesaba el granizo.

Generalmente, los amigos nos juntábamos en el patio de la iglesia y platicábamos en las bancas que estaban a las afueras o empezaban algunos a aprender a tocar guitarra y hacían sus pininos con variadas canciones populares. Ese día no fue así. Tuvimos que entrar al templo y platicar ahí en voz baja, sin cantar, sin decir malas palabras y es más sin hablar del sexo opuesto, por penita a que Diosito nos estuviera escuchando y nos mandara un trueno para que nos achicharrara en ese momento.

Pasaron alrededor de 2 horas. Cuando terminó nos asomamos a la calle y nos dimos cuenta de que era dificil retirarnos hacia nuestra casa pues todo estaba resbaloso y al pisar se hundían nuestros pies en la "nieve" que había dejado la granizada.

Mi padre tuvo que ir por nosotros. Al salir de la iglesia, me quedé atónito con ese paisaje que nunca en la vida había observado. Todo blanco: el suelo, los techos de las casas, las ventanas; todo con ese color blanco pureza.

Estaba maravillado pues ello sólo lo había imaginado con la lectura de diversos cuentos que me dejaban leer en la escuela.

Pensé que nunca vería nada igual. Por eso admiré por horas ese hermoso paisaje. Con la luz del alumbrado público parecía un pequeño pueblo de los alpes suizos. Esos que sólo viven en nuestra imaginación.

Años más tarde, viajé a Holanda. Tenía años que no nevaba en ese país. Y ahí, cientos de kilómetros de "mi cuadra" volví a tener esa dulce sensación de paz, tranquilidad y armonía que tuve cuando admiré el paisaje que dejó la granizada de septiembre de 1985. Pensé que nuca más volvería a vivir esa experiencia, pero no fue así. Y como no tuve en aquel 1985 la oportunidad de guardar ese recuerdo más que en mi memoria de mi cabezota, en esta oportunidad capté la imagen en la memoria de mi cámara para inmortalizarla en el baúl de mis recuerdos. Cuidemos nuestro mundo, en verdad es hermoso.

martes, 21 de octubre de 2008

El chismógrafo

Escuché en la radio que en internet había ciertas páginas que han traído algunos problemas a los jóvenes actuales y a sus progenitores y no necesariamente eran páginas con contenido porno. Son páginas con versiones de los entonces "chismógrafos". Esas páginas son la jaula e incluso el ligue, páginas que lejos de contener verdaderamente la naturaleza de los chismógrafos son más que para dejar basura de los alumnos ya que en verdad se balconean unos a otros y bien gacho.
Lo anterior me hizo recordar sobre las preguntas que en mi tiempo nos interesaban saber de las amigas(os). Y la verdad es que nada que ver.
Allá por los años ochentas, cuando estaba en la edad de la inocencia, amigos y amigas de la cuadra empezaron una onda muy fregona.
En un cuaderno nuevo (aunque en las familias de mis amigos como en la propia el "horno no estaba para bollos", nos valía madres y gastabamos el poco dinero que teníamos para comprar un cuaderno cuyo uso sería diverso al educativo), plasmaban las preguntas que a todos los de esa edad nos brincaban en la cabeza y que se dirigían a saber la vida, gustos y perversidades del que se animaba a contestarlas. Se le denominaba "el chismógrafo".
Realmente no sé si fue creación de aquella generación ochentera o si ya existían, pero nosotros creíamos que fue nuestro descubrimiento.
Había chismográfos de 10 hojas o 10 preguntas hasta de 100 o 200. Siempre la primera pregunta era escoger un símbolo o número en donde ponías tu nombre, obvio que tenía que estar desocupado pues si eras de los últimos tenías que conformarte con lo que te dejaban; además, el ser de los últimos significaba que te daban el chismógrafo porque faltaba algún númerito por ser llenado y pues de que se quedara en blanco mejor que lo contestara uno que otro insignificante del que nadie quería saber nada. En fin, ejemplo de este primer requerimiento era:
"Pon tu nombre completo en el número o signo que escojas.
1. Hugo Sánchez
2. Santiago Unhijo
3. Mari Juana.
4. (vacío para que alguien lo escogiera)
5. Juan Somohano Prestas
6. (vacío para que alguien lo escogiera)
LIBRA. Leticia Ornelas
GEMINIS. Chabelita Vargas
AMOR. Javier Solis Platas"
Cuando llegaba a tus manos el chismógrafo, lo primero que veías era si la niña(o) que te gustaba ya lo había contestado, qué signo o número había escogido y te ibas directamente a la pregunta reina del chismógrafo: ¿Quién te gusta de tu cuadra?.
Le rezabas a todos los santos para que tu nombre o dato de identificación apareciera ahí, en la letra bonita de la niña(o) que llenaba tus tardes de pensamientos payasos y aventuras estilo Robin Hood y Marian, o Candy y Anthony o Therry. Qué pérdida de tiempo.
No obstante había otras preguntas similares pero respecto de tu escuela; ejemplo ¿Cómo se llama la persona que te gusta de tu escuela?
Claro está que la respuesta que leías en ambas era determinante para tus aspiraciones sentimentales, pues si no era tu nombre el que ahí aparecía la desilusión era enorme. No obstante, podía esa persona no poner un nombre sino las iniciales de niño(a) que le gustaba e incluso hasta como haciéndola de suspenso ponía ciertos rasgos o signos que debías descifrar; verbigracia:
"¿Quén te gusta?
1. Me gusta Chabelita Vargas
2. Una niña de ojos dormilones que vive en una casa verde (???) y que tiene un "yabero" (no es error, lo que pasa es que a esa edad ya uno se daba cuenta de las faltotas de ortografía y falta de "agricultura" de varios) al que le cuelga la letra J.
...
GÉMINIS. Me gusta 1.
AMOR. Tú."
Con las respuestas ya sabías si estabas en el coranzocito de ese ser sin razón madura o si eras uno más de todos los insignificantes seres que pasan inadvertidos en la vida.
Y así continuaban más preguntas; quién era tu artista favorito, qué tipo de música escuchas, qué libros has leido (A esa edad obviamente muy pocos saben de lectura por lo que los hombres no ponían el mil chistes o SuperChiss, ni las mujeres el Vanidades o el Tele guía sino al igual que todos borregones poníanos "Un mundo feliz". No mames, a esa edad ni lo hubieramos entendido, jajaja.)
También estaban las preguntas sobre la edad, signo zodiacal, platillo favorito - hazme el chingao favor, a esa edad que madres vamos a saber de arte culinario porque habían respuestas muy mamucas que ni escribir lo sabían y menos pronunciarlo y que pensaban que era lo máximo: "French Toast" nada más de acordarme me orino de la risa-; en fin, más preguntas: quién es tu amor platónico; qué deportes practicas; qué marca de tenis o pantalones te gustan; cuál es tu color favorito; había también hojas en blanco para que escribieras lo que te diera la gana o hicieras un pinche dibujito. Incluso había personas que hacían sus chismógrafos (por lo regular las mujeres) donde dedicaban dos o tres hojas para que dejarás un recuerdo o una moneda.
Lo interesante es que las preguntas más atrevidas eran: Cuándo fue tu primer beso; con quién e incluso si ese beso fue tronadito o de lengüita.
Obvio que las mujeres siempre decían "tronadito" o las más persignadas "nunca he besado a alguien, lo reservo para mi amor verdadero" (no chingues, veíamos tanta pendejada romántica de aquellos años que por eso dicen que esa generación fue de las más frustradas pues siguen esperando muchos y muchas a su príncipe azúl y su cuento de hadas o a su amor de ensueño).
Lo cierto es que incluso con toda esa idiota forma de pensar tan "romántica", no llegábamos al extremo de chingar, sí, chingar a alguien mujer u hombre en la forma en que ahora se realiza mediante esas páginas de internet y el anonimato. Se dicen chismes fuertes y con tanta facilidad que pueden marcar la vida de un joven y llevarlo hasta el suicidio.
Tal vez no era por nuestra naturaleza bondadosa, creo que es por que antes no teníamos el acceso a lo que ahora se tiene: Más canales de televisión ya sea con Cable o Sky, celulares, internet, programas no aptos para ciertas mentes en horarios estelares, etc. etc.
Hasta dónde llegaremos. Qué tanto el desarrollo y la apertura de la tecnología y nuevos descubrimientos está de la mano del crecimiento humano. Creo que nos rebasó lo primero y nos estancamos en lo segundo. Si no nos respetamos nosotros qué le espera a la fauna y a la flora que comparte este mundo con nosotros. Qué le espera al propio mundo, que es nuestra casa en la vida.
Es simple y sencillo: Respetemos.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Qué onda con esta tecnología

Aún no sé qué hacer para que mi blog se pueda encontrar en el buscador de google. Repaso todas las pestañas que tenemos como herramientas y nada más no doy una.
Incluso me he metido a diversas páginas en internet para saber como publicar o que se vea mi blog en un buscador. Hice todo lo que me han dicho y no pasa nada.
He visto comentarios que advierten que hay blogs que tardan hasta meses en ser localizados por google.
En fin, llevo bastante tiempo de no jugar Gotcha, un deporte extremo que me gusta mucho. El próximo sábado varios compañeros de la maestría iremos al Ajusco a jugar y yo ya preparé mis cosas. El hecho es que al estar arreglando todo mi equipo me sentí como que no encajaba (no el equipo sino yo con la situación). Me sentí ridículo midiéndome mis guantes, los pantalones, revisando mi marcadora y lavando mi careta. Como que eso es para más chavos y no para un guey "treintayseisañero" llegando a los 37 -la próxima semana los cumplo-. Incluso mi esposa me dijo que dejará de hacer pendejadas (con otras palabras más sutiles por supuesto) y mejor ocupara el tiempo en algo de provecho.
Terminé de arreglar mis asuntos y pensé: Qué a toda madre que a mi edad sigo pensando en pendejadas y haciendo pendejadas. Me chingo toda la semana en un trabajo donde las falsas apariencias cuentan mucho y donde a una persona estudiada, culta y bien trajeada (obvio que yo cubro el perfil) lo tratan como a la persona más chingona del mundo, todos me dicen licenciado por aquí, licenciado por allá, etc. etc. Y es cuando me pongo a hacer estas pequeñas pendejadas cuando me siento más yo. Cuando en el campo de gotcha (o en el de futbol que también me gusta, o en el de entrenamiento con mi perra, que me apasiona) me tratan como a uno más, sin tanta lavia ni hipocresía, me siento libre, vivo y feliz.
Y es cuando me pregunto ¿porqué no me dedico a alguna de estas madres si es ahí donde me siento como pez en el agua?
No lo sé, tal vez me faltan tanates; tal vez la "calidad de vida" que llevo no la podría mantener con lo que ahí ganara. Y me pregunto también ¿cuántos gueyes habrá en el mundo o mejor dicho en México que hacen lo que realmente quieren?
Por eso, mis ratos libres son para hacer lo que realmente quiero. Así sean pendejadas como las del sábado próximo. Esas pendejadas que llenan tu vida de sabor y que realmente son las que siempre recuerdas con más nostalgía.
O alguien tiene mejores recuerdos de su oficina que de sus momentos sociales y familiares, no lo creo.
Por eso, este consejo les doy porque su amigo "el belo" soy: "A hacer pendejadas -sin dañar a nadie- tengan la edad que tengan, porque de esos pequeños detalles estan hechos los grandes y felices momentos de parte de nuestra vida".

lunes, 13 de octubre de 2008

¿Hay algo más vergonzoso que un amor infantil?

Habrá algo más vergonzoso para un niño de sexto grado que sus amigos le digan a la niña de la que aquél vive enamorado sus sentimientos amorosos hacia ella. Creo que no, o al menos eso pensaba.

Cuando tienes entre 10 y 11 años empiezas a sentir con mayor fuerza un gusto raro por el sexo opuesto –bueno tal vez algunos ya sienten ese gusto pero por los de su mismo sexo-.

Yo acudía a una primaria de gobierno. En el salón cotigüo estaban nuestros más acérrimos rivales y enemigos. Ellos tenían finta de ser mayores que nosotros, de ser mañosos y por lo mismo los veíamos hasta mugrosos. Bueno esa era nuestra percepción por la rivalidad existente.

Lo cierto es que también tenían en su salón a la niña más bonita –por lo menos para mi- de toda la escuela: Claudia.

Desde mi perspectiva, su arma de atracción eran sus ojos, o su mirada, o ambas. No eran grandes como la mayoría de las canciones dice o los poemas rezan, por el contrario sus ojos eran más bien adormilados que hacían juego perfecto con el resto de su blanco rostro, y que remataba con su pelo lacio negro y por debajo de los hombros.

Como era la más bonita de la escuela, Claudia siempre iba rodeada de cuatro amigas como mínimo que, además, como es costumbre estas amigas son payasas, necias, intolerantes y obvio feas. Dos se ponían de su lado derecho y dos más del lado izquierdo. Parecía que la cuidaban mucho y creo que así era pues no era para menos, ya que sabían que la niña a la que iban flanqueando era su preciado tesoro y un fuerte imán, porque por ella conocían a los niños que ésta rechazaba. Como quien dice: eran platos de segunda mesa.

Para acercarse a Claudia tenías que pasar por la muralla de las cuatro niñas feas y odiosas. Nunca estaba sola. Si por algún motivo no se encontraba rodeada de los monstruos guardianes, era porque algún buen mozo –niño bien parecido, deportista y mayor que todos nosotros- había logrado que Claudia ordenara a su sequito de brujas que le dejara sola para platicar con él.

Además del cuarteto de feas, debías poner especial atención a otra piedrita en el zapato: su hermano menor. Éste era de los tipos de cara dura e incluso apodaban “el elotes” -porque tenía cara alargada que con su cabello chino parecía un verdadero maizal-. Siempre vigilaba a su hermana el muy celoso y estaba atento de que no se le acercara ningún “clasemediero” o “pobretón” como alguno de nosotros pues el muy desgraciado siempre iba acompañado de varios animalotes para defender a su hermana de cualquier indigno y apestoso alumno.

Cierto día, los integrantes de mi grupillo de amigos “nos sinceramos” en cuanto a sentimientos hacia las niñas; se me ocurrió confesar que para mí Claudia era el contenido de mis sueños, mi primer pensamiento matutino, la musa de mis poemas y demás idioteces que uno puede pensar sólo cuando siente estar enamorado, especialmente en esa edad. En pocas palabras, la que me traía de un ala.

Ni tardos ni perezosos, inmediatamente después de ir a recreo me empezaron a animar para que le abriera mi corazón y le volcara todo ese sentimiento romántico que fluía en mí. Yo, como era de esperarse, me negué y estaba a punto de llorar –o de hacerme de la pipi y hasta de la popó- ante tanta presión de ellos. Pensaba que no podía ni debía declararle mi amor por ella pues era simplemente inalcanzable. Sería un insulto a su belleza – pasó por mi mente-. Me preguntaba cómo se iba a fijar en un escuincle tan insignificante como yo cuando la había visto acompañada en diversas ocasiones de unos tipos que por lo menos de estatura y complexión física eran más grandes, más fuertes y más rápidos que yo. Incluso, algunos eran los “atletas” de la escuela, esos que ganaban todo y en todo. Definitivamente no lo iba a hacer.

Pero no contaba con la astucia de mis “cuates” esos que están en las buenas y en las malas, pero en las “malas” sólo para joder más el amargo momento no para ayudar ni dar una palmadita en la espalda de ánimo.

Tal cuales luchadores del bando “rudo” o peor aun como perros esqueléticos ante un pedazo de carne, se avalanzaron ante mí, me sujetaron de pies y manos y cargándome me llevaron, cuando estaba a punto de terminar el recreo, ante la presencia de “su majestad” Claudia. Me tenían tan bien agarrado los desgraciados que ni la cabeza podía elevar para mirarla a los ojos y observar el seguro gesto de “fuchi” que habrá puesto cuando me llevaron -como “puerco a la carnicería” o “perro muerto al basurero” - ante sus pies.

Mis camaradas se plantaron en frente de ella y sus amigas y le dijeron que yo le quería decir algo, obviamente yo estaba forcejeando sin lograr zafarme y diciendo a gritos que ¡no era cierto!. Ante la desesperación por soltarme quedé en una posición peor, con la ropa toda movida y con los pantalones levantados en la bastilla, lo que permitió que no sólo yo me diera cuenta de mi metrosexual forma de vestir con una combinación de colores que cualquier diseñador de modas envidiaría, sino que mis amigos y por supuesto Claudia y sus compinches observaron que llevaba unos malditos calcetines: rojo carmín.

- Trágame tierra; Dios no me castigues ni me abochornes más, por lo menos baja un poco mi pantalón para tapar mis calcetines- era lo único que pasaba por mi pensamiento.

Mis amigos le dijeron que yo estaba muy enamorado de ella y que quería ser su novio y todo un rollo romántico “hollywoodense” de lo que yo les había platicado que sentía por Claudia.

A lo cual, esbozando una linda sonrisa y llevando su mirada por todo lo largo de mi cuerpo, cual escáner de oficina, dijo con su hermosa mirada clavada en mis calcetines:

- Hay que lindo, pero no es mi tipo… mi tipo no es tan moderno en su forma de vestir.- Y soltó la carcajada junto con las brujas que la acompañaban.

Por suerte la campana que avisaba la conclusión del recreo se hizo sonar. Todos corrieron a sus salones. Excepto Claudia y yo.

Por alguna razón que aun no comprendo ella se quedó parada mirando cómo, después de ese bochornoso momento, peinaba mi cabello, metía mi camisa al pantalón y medio planchaba lo arrugado de éste y del suéter con mis manos.

Estuvimos frente a frente; un instante, unos segundos, todo paralizado a mi alrededor. Me quedé helado pues pensé que iba a soltar otra frase despectiva, el tiro de gracia.

Pero, por el contrario, me miró, sonrió, me guiñó un ojo y sin esbozar palabra alguna se retiró a su salón con la seguridad de una diva.

Aun no sé que pasó en ese instante. Tal vez le gustó el detalle de mis amigos y como no me pudo ver con claridad la cara quiso saber quién era el “intrepido, atrevido y osado” niño que llevaban cargando; tal vez sólo sintió lástima de mí y quiso reanimarme un poco con su actitud.

Aún no lo sé, e imagino que muy en el fondo, tal vez, la conquistó la franqueza de mis ojos y la nobleza de mi corazón … tal vez….

Ese día supe que sí había algo más vergonzoso en la vida que el hecho de que a esa edad Claudia supiera mi gusto hacia ella… y sí, efectivamente lo más vergonzoso fue ¡Que viera mis calcetines rojos, combinados con mi uniforme azul marino y mis zapatos negros! Qué horror, nunca los volví a usar.

Hasta que entré a la secundaria y los necesitaba para conquistar otro corazón…

jueves, 9 de octubre de 2008

Mi primer recuerdo

Desde pequeño, como todos, tuve que recordar cosas importantes. Desde lo básico como no meter algún dedo al orificio de los contactos de luz hasta el que le debía decir tía a dos tías que no eran ni mis tías.
Tuve que aprender a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir aunque esto último no se me dio pues a la fecha prefiero usar la calculadora.
Aprendí incluso a rezar, gracias a la ayuda de mi abuela paterna. Luego el aprendizaje se fue haciendo más técnico ya que aprendí a nadar, a tocar órgano (aparato musical y no del otro),
y hasta para hacer unos ricos huevos estrellados o revueltos. Aprendí a adiestrar perros. Aprendí la "ciencia del derecho" y hasta aprendí a tolerar a mis jefes.
Obvio que de todo lo anterior, lo que más me apasionó fue aprender a entender a los perros (entiéndase en el estricto sentido de la palabra y no asemejarse a ningún otro concepto).
Incluso cuando entré a trabajar (hace ya varios años) aprendí a medio manejar la computadora, claro que ahora ya estoy muy familiarizado con ella (bueno eso creo).
Lo que no puedo aprender tan fácilmente es porqué debemos recordar tantas contraseñas (o será que aún no estoy tan familiarizado con la compu?
En fin, en este primer día con mi blog, mi primer recuerdo será... la contraseña de mi nuevo blog.
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