jueves, 9 de julio de 2009

Tema de la semana: Lo que pudo haber sido.

Durante el transcurso de mi vida, como todos, he vivido situaciones que pudieron haber cambiado mi rumbo. Pero no me gustaría hablar de aquellas típicas en las que uno tuvo que decidir entre un amor y otro, una profesión u otra, un perro o un gato, un sí o un no. No, más bien me gustaría expresar aquéllas en las que no tuve que ver, esto es, aquéllas en las que la decisión no fue propia sino el destino, la naturaleza, Dios o como le quieran llamar fue el encargado de variar o mantener el destino que tenía previsto para mí.

Por el momento viene a mi memoria 1 pasaje de mi vida que me pone a pensar sobre lo que pudo haber sido.

Ocurrió en mi niñez. Estaba en el zoológico de Chapultepec. Escuché que alguien mencionó que había delfines o focas en determinado lugar y como entre mis animales favoritos se encuentran los delfines, pues corrí ilusionado para verlos. Nunca los ví. No había nada. Al girar la cabeza en busca de mi abuela que era la que me llevó junto a mis hermanos y unos primos, me percaté de que no estaban. Me encontraba perdido.

Corrí a buscarlos pero lo único que logré fue desorientarme más. Un vigilante advirtió mi angustia y me llevó a la caseta de vigilancia que estaba en una de las muchas entradas de ese zoológico. Ahí estuve esperando a ver si veía pasar a alguien conocido, pero ello no ocurrió.

Una familia que estaba cercana a la caseta, en una reunión tipo pic-nic, y que ya habían visto a este niñito bonito lagrimeando y con los mocos de fuera de tanta tristeza, se acercaron al vigilante para decirle que me darían un taco, el cual acepté gustoso (era un taco de chicharrón, con limón y salsita, mmmm), aunque todavía sollozando.

Luego una joven pareja, que también estaba en ese pic-nic, se acercó y le dijo al vigilante que ellos se harían cargo de llevarme a donde me pudieran ayudar a encontrar a mis padres. Me imaginé que me querían llevar a canal 5, al servicio de la comunidad. O eso pensé en ese momento, lo cual me hizo sentirme un poco feliz pues ahí trabajaba mi tío: El tío Gamboín. Aunque luego supe que era tío de todo niño mexicano, snif.

El caso es que el idiota vigilante (ahora lo califico así al analizarlo) me dejó ir, sin más requisito que la palabra de la joven pareja. A veces pienso que qué tal que me querían por mi linda cara para trasplante o anuncio de bebe Gerber, o como ya pintaba para ser todo un “Don Juan”, para prostituirme en la red (perdón no había tanta tecnología en ese entonces).

Por suerte, en el camino hacia una de las salidas, encontré a mi papá que ya había llegado al zoológico con mi mamá para buscarme. En cuanto oí su chiflido (de mi papá que siempre tuvo la “buena costumbre” de chiflarnos ¡qué oso!) les dije a la “linda pareja”, que el señor con bata de doctor que chiflaba como llamando a su perro era mi papá. Que mil gracias por quererme llevar con el tío Gamboín pero yo me quedaba con mi papá. Obviamente nunca me agradó tanto ese chiflido como ese día. Corrí y lo abracé con todo mi amor. Mi papá agradeció a la joven pareja y nos reunimos con mi mamá que andaba como Magdalena: llore y llore.

En fin, al paso de los años, he meditado lo que pudo haber sido si jamás hubiera encontrado a mis padres. Si ese día, la joven pareja, no hubiera atravesado el zoológico y hubiéramos salido por la puerta del vigilante. Qué pudo haber sido de mí. En aquel entonces habré tenido unos cuatro o cinco años de edad, máximo seis. Estuve perdido durante 3 horas. Me imagino que las horas más largas en la vida de mis padres. Me preguntó si al no haberlos encontrado los habría recordado por siempre o su cara se habría borrado de mi memoria para nunca regresar. Habría amado tanto a esos jóvenes (si me hubieran adoptado) tanto como lo hice con mis padres. No sé; no sé lo que pudo haber sido, sólo sé que desde que me encontraron ese día en Chapultepec, fui el niño más feliz del mundo y el ser más dichoso en la actualidad porque gran parte de lo que soy, mi esencia, se lo debo a ellos: Mis padres.

4 comentarios:

Rotter dijo...

que tal si esa joven pareja trabajaba como descubre talentos y plaf!! que te meten en el medio del espectaculo convirtiendote en un niño multimillonario y famoso a la corta edad de los 7 años

asi, a los 15 sacarias tu album con grandes exitos y con un chingo de "artistas" super plasticos y plaff!! otros millones

y ya a la corta edad e los 25, de tanta coca en tu sistema y tanta prostituta cara y modelos faciles. decides terminar tu vida de un disparo provocado por tanto toxico corriendo por tu cuerpo


quiero otra vida :D

mercedes dijo...

Ops!!!bueno bendito sea Dios Alá Jehova o el destino o quien creas no fue más allá de 3 horas y en efecto lo que somos se lo debemos a nuestros padres!!! yo también me siento muy orgullosa de los míos

salu2 terribles

mercedes

Alejandra dijo...

Dios, si que fue una coicidencia que te encontraran... yo he pensado en ese tema, pero siempre me voy por las simplezas como, que tal si hubiera llegado antes y no se me hubiera ido el camión... estaria antes en el lugar que deberia estar y todo el dia hubiera sido diferente
-para bien o para mal-
....
Si, se me va el camion muy seguido =(

Anónimo dijo...

hahaha yo tambien me perdi de chica...en casa de una amiga, jugamos retos y me toco dar vuelta a la manzana, y como soy miope, distraida y con iniciativa...me lanzé y me perdi 3 hrs hasta q me encontro la mama de mi amiga hecha un manojo de lagrimas y nervios.....

Saludos

Powered By Blogger

Una mirada a la vida

Una mirada a la vida
A través de la memoria