“Por favor regresa, te extraño, la vida no es la misma sin ti, vuelve…” Y entonces, el dolor y el miedo te invaden.
Maldita y terrible sensación de abandono que alguna vez hemos vivido en carne propia. Nos enloquece.
Cuando una relación termina nos llena de tristeza pero a la vez de miedo; miedo a lo que vendrá, miedo a no tener más a esa persona que compartió momentos inolvidables y que sólo quedarán grabadas en la memoria, miedo al que dirán, miedo a dejar ir para siempre lo que era nuestro, miedo a la soledad… miedo, sólo miedo.
Y también desesperación. Estás decidido a aceptar lo que sea siempre y cuando esa persona siga a tu lado.
De sólo pensar en que tal vez nunca más lo esté, que la vida cambiará y que empezarás una nueva etapa sin su compañía, te doblas de temor, angustia, tristeza, odio… Qué hermosa sensación, combinada con el enamoramiento y la pasión de un principio, el abandono es la cereza del pastel.
Lo malo de este postre es que tus pensamientos te matan, te invaden de inseguridad, arrepentimientos, intenciones de mejora, celos, amor…
He escuchado muchas canciones sobre este tema, pero la letra de la siguiente va ad-hoc con lo que realmente se siente cuando alguien te deja y le pides que vuelva:
“Vuelve
por favor como estés como sea,
que a nadie le importa
aunque te hayas manchado de todo,
para mi es igual.
No me importa lo que seas
no me importa si has cambiado
no me importa si eres otra
no me importa si has pecado
vuelve te lo ruego por que estoy...
Desesperado
Decidido a aceptar lo que sea, tu has ganado
ya lo vez que sin ti soy un hombre acabado
sin ganas de vivir,
Desesperado,
necesito tu cuerpo caliente a mi lado
para darme esa fuerza que sólo tú me has dado
ten piedad de mi.
Vuelve
aunque vengas de Dios sabe donde aquí está tu casa
aunque te hayan tocado mil manos para mí es igual.
No me importa lo que digan
no me importa lo que has dado
no me importa si estas limpia
no me importa lo pasado
vuelve te lo imploro por que estoy...
Desesperado..."
Así es la vida, sobre todo en el plano sentimental: un constante ir y venir. Amor y desamor.
Aprender a desprenderse de alguien es muy difícil. Pero si se ha logrado hay gran ventaja para una vida feliz.
A la memoria viene esa frase que en los ochentas oíamos o aconsejábanmos que decía: “Si tienes un amor, déjalo libre; si vuelve es tuyo, si no, nunca lo fue.”
Lo malo es cuando ese amor vuelve, pero sólo para lastimarte más antes de irse para siempre y sólo el recuerdo quede en tu memoria.
1 comentario:
:( Ahh... no lloro, nomás me acuerdo
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