No sé a quién creerle. O no creerle a ninguno y así no me da vueltas la cabeza con tanta porquería. Miguel De la Madrid Hurtado, ex-presidente de la República Mexicana, habló en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui y, para muchos, habló fuerte. Para un servidor no dijo más que lo que todos ya sabemos de la maligna familia "Salinas". Lo importante es porqué hasta ahora lo dice.
No creo que sea como un acto de contricción, de arrepentimiento, ante el pueblo mexicano al saber que, dada su avanzada edad, está a punto de partir de este mundo y quiere decir la única "verdad", esa que ya todos sabemos. Pienso que la cosa va por otro lado.
Desde una perspectiva personal, considero que todo este show se trata más bien de algo planeado; el expresidente De la Madrid es una marioneta de varios "showman". Algunos hombres de la política manejan y manipulan lo que él hace y dice. Por un lado, los enemigos del PRI, que lo inducen a dar esas entrevistas en año electoral y a pocos meses de la jornada electoral sin darse cuenta que al único partido que benefician es al PAN; por otro lado, los amigos del PRI (o de Salinas) que horas después lo obligan a retractarse de sus palabras lo que también sólo pone en bandeja de plata esa circunstancia a los del PAN. Lo horrendo, es que detrás de esto, al parecer, también está el propio Salinas, hombre poderoso e inteligente.
A mi me hubiera gustado más escuchar del propio expresidente De la Madrid, qué fue lo peor de su gobierno; porqué la reacción tardía del Ejecutivo después del terremoto del 85, qué cártel era el mandamás en esa época, o cualquier otra cosa que en este momento no se me ocurre pero que podría ser mejor noticia que la entrevista que dio, la que, dicho sea de paso, fue un asco, con preguntas que implícitamente llevaban la respuesta o la propia reportera lo inducía a un "sí o no", a un "tal vez" e incluso a un "eso creo". Me hubiera gustado que reconociera porqué fue uno de los peores presidentes de México en la historia.
Por otra parte, en Guatemala, Rodrigo Rossenberg, abogado de profesión, acusa en video al Presidente de ese país de su muerte. Lo malo es que sólo acusa sin prueba alguna. Lo peor es que ya no tiene forma de probarlo.
La diferencia entre uno y otro caso es que en México, una basura acusa a otra de algo que ya sabíamos y que además su dicho es manipulado por extraños y obscuros intereses en pleno año electoral. En el otro, el de Guatemala, una persona que hasta ahora se sabe (otrogando el beneficio de la duda) es un luchador por su país; acusa a una basura que dirige a esa Nación.
La similitud, es que en ninguno de los 2 casos se va a llegar más allá de lo que ahora vemos. Quedarán, seguramente, impunes las personas que son acusadas. Ojalá y alguien en Guatemala acuda a denunciar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a su vez a la Corte de esa materia ese hecho, para que mínimo el caso trascienda más allá de las fronteras y un órgano diverso investigue el asunto.
Coincidencia en ambos casos: Guatemala y México, paises hermanos, del mismo origen y que en alguna ocasión el primero perteneció al segundo, hasta la fecha son paises del tercer mundo o como dicen los más optimistas: "paises en vías de desarrollo".
Ganador de ambos casos: la impunidad, la ignorancia y la falta de interés.
1 comentario:
Tienes toda la razón, aunque otra coincidencia sería que en el fondo se pelean por el dinero.
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