Hablando entre amigos

Hablando entre amigos: Creo que ya no tengo nada qué escribir porque nomás no me vienen las ideas y las pocas que llegan me da flojera escribirlas.

Tengo que pensar seriamente en qué va a pasar con este blog porque lo tengo medio descuidado. Se aceptan ideas tanto de qué hacer con el blog como de qué escribir en él. Bueno, por lo pronto escribiré lo que hice ayer, porque ya estamos hablando entre amigos.

Fui a comer con amigos a un restaurante que frecuentábamos mucho, uno de mariscos. El motivo: el logro que obtuve en mi vida profesional. Me festejaron, por así decirlo, y debo confesar que tenía tiempo que no pasaba un rato agradable con amigos. De hecho, de todas las comidas a las que me han invitado en los últimos días, es la que más he disfrutado.

Y es que cuenta mucho que haya sido una comida y plática entre amigos, sí con ellos, con los de siempre; esos con los que crecí en mi profesión, los que vieron mis pininos en el trabajo, los que realmente me conocen. Fue increíble. Aunque también sé que con el logro obtenido será más dificil estar con ellos, tal vez pocas veces nos volvamos a reunir como hoy y eso me entristece.

No digo que no me han gustado las otras comidas; ¡no!,  lo que quiero decir es que en ésta estuve más suelto, más como soy, más como siempre me conocieron, no tan acartonado.

En esta comida creo que todos la pasamos bien pues nos costó trabajo despedirnos, no queríamos salir, queríamos seguir con la plática, con esa plática tonta y sin interés que se vuelve tan divertida que te hace olvidar por unos momentos los deberes cotidianos.

Lo disfruté. Me sentí en ese ambiente de hace unos años, en el que aún seguíamos soñando con un futuro prometedor y en el que poco nos importaba si lo conseguíamos o no. Y es que hablando entre amigos, la vida siempre será mejor.